sábado, 9 de novembro de 2019

Virtudes e vantagens de escrever e ler


Lia uma crônica de Machado de Assis em que se refere aos cronistas como aqueles que se ocupam das histórias miúdas.

Voltei para a casa de campo depois de mais de duas semanas. Aos poucos começam a voltar sensações que reúnem outras sensações, sentimentos, lembranças.

Presenças de pessoas que aqui estiveram. Familiares e amigxs. As lembranças me acompanham.
Tantas vezes tenho dito tantas coisas sobre ler e escrever, mas o tema é inesgotável.

Não me importa me repetir. Tudo se repete. Repete o vento o teu nome que me alcança e anda por dentro de mim. Repete-se o sol que anda pelo céu entre nuvens repetidas talvez ou não, pouco importa.

Leio o que escritoras e escritores dizem sobre o escrever(1) . Refletem a vida e a sua complexidade. Se desfaz uma sensação de estranhamento e alheamento.

Raivas e medos encontro frequentemente. O passado invade o presente. Olho para o que aqui está e vejo que aqui e agora tem muito mais amor, amizade, alegria, prazer, paz, criatividade, unidade. Talvez tenha sido assim também em outros tempos. Tudo se costura e se reúne.

Reluto em deixar a página mas ela prossegue debaixo dos meus pés.
---
(1) Penso especialmente em Cecília Meireles (Escolha o seu sonho), Ray Bradbury (Zen em el arte de escribir), Cora Coralina (Histórias da Casa Velha da Ponte), Vincent Van Gogh (Cartas a Théo), Jorge Luis Borges (Obras completas, Arte poética), Julio Cortázar (Diario de Andrés Fava).



sábado, 12 de outubro de 2019

Principios

Duro oficio el de vivir. Medio sin darme cuenta y al mismo tiempo sabiendo exactamente lo que hago y por qué lo hago, una y otra vez vuelvo sobre lo mismo. El basural que parece haber ocupado el escenario nacional y en cierta medida mundial también. Esa especie de nube gris de indiferencia, mecanización de las relaciones, vaciamiento del presente, que es como que una especie de menú obligatorio que nos quieren obligar a tragar. Esta es una de las razones que me mueve a insistentemente venir a la página a decir que no. No a la abolición del valor de la vida. No al descarte del tiempo presente como si fuera algo despreciable una vez instalada la distracción programada. El celular en la mano y el androide caminando. Poco nos escuchamos unos/as a los otros/as. La vida es hasta el final. Cada minuto cuenta. No tengo tiempo ni ganas de perder la vida que tanto me ha costado recuperar en su integralidad (la totalidad de las partes que me constituyen) y en su integridad (la cohesión que da sentido al todo que soy) haciendo de cuenta que da lo mismo una cosa que otra. Cuidar al niño renacido. Este es el trabajo. Resistir a la barbarie que consiste en vaciar la palabra y el lenguaje vaciando así la relación humana y la propia vida es tarea continua y colectiva. La vida plena es una actividad intencional y persistente. Es un rescate continuo de la propia historia personal y familiar. Una revalorización contínua de lo que es esencial e innegociable. ¿O será que no he aprendido nada con mi historia? Me dirán ¿qué hacer frente a la criminalidad que se enseñorea con aires de impunidad soberbia en los más diversos ámbitos incluyendo por supuesto el judicial, periodístico, político, económico? Fortalecerse más y más en aquello que es perenne. Aquello que el dinero no puede comprar ni puede ser impuesto a la fuerza. La propia vocación y misión. La inalterable certeza de que una vida mantenida con lealtad a la propia conciencia y auténtica es la máxima conquista a que podemos aspirar.