quarta-feira, 22 de abril de 2020

El valor de la vida


Si la vida no tiene sentido ¿qué podría llegar a tener sentido?
Si la vida no tiene valor ¿qué puede tener valor?
Estábamos distantes unos de otros, cada uno en su celular o whatsapp, etc.
Ahora sólo podemos encontrarnos mediante aquello que antes nos distanciaba.

Mi vida no empezó en esta pandemia, y espero que no termine con ella.
No me cuento entre quienes suponen que esta situación mundial podrá llegar a dar a luz una nueva humanidad.
La humanidad no se genera en las desgracias, ni en situaciones difíciles, allí es que se puede manifestar, cuando existe.
He pasado situaciones que se parecen a la actual, en las cuales el peligro también podía estar en cualquier parte.
Cuando todo parece estar perdido, la fe, la oración, el afecto, la solidaridad, encienden la luz y dan fuerza para proseguir.
Si la proximidad de la muerte no nos despierta, creo que nada podrá despertarnos.
Cuando hablo de despertar es despertar a la vida, despertar al valor inconmensurable de estar vivos.

domingo, 19 de abril de 2020

Aprendizaje


El momento me parece propicio para una atención especial a nosotros mismos/as. Una mirada más atenta a la vida que estamos llevando. No podíamos continuar así. Como dice el Papa Francisco, creyendo que podríamos estar sanos en un mundo enfermo. ¿Adónde estábamos yendo con tanto apuro? La vida es un fin en sí mismo, es un objetivo a alcanzar, algo a ser disfrutado y configurado de manera propia, personal, singular. El sistema capitalista transforma la vida en medio de vida. Entonces vivimos para alcanzar algo que no es la propia vida, no es la plenitud, la conciencia plena y unificada, la unión con todo. La situación actual, de confinamento y aislamiento social, nos obliga a volcar nuestra atención a lo más elemental y básico, ese mínimo precioso que es la propia vida. Lo primero que descubro es un retorno a una sensación primera y virginal. Un sentimiento de alegría y placer, confianza y paz. La niñez. La vida en familia. Los juegos en el patio de la casa. Los malvones, que veo ahora metamorfoseados en hortensias. Rosado y verde. Una sensación inicial que permanece. También me doy cuenta de que necesito menos cosas. Menos de todo. Menos sentimientos de culpa y rabia. Menos objetos, menos objetivos, menos pensamientos. Más concentración y fluidez. Foco en el amor. Menos certeza de que tengo razón sobre todas las cosas y en toda ocasión. Todas las palabras, todas las cosas, tienen significados diferentes para todo el mundo, y cambian constantemente. No necesito repetir constantemente los mismos hábitos,  puedo abrirme a lo nuevo de este instante. Puedo aflojar las prevenciones, el miedo, el prejuicio. Puedo hacer de mi historia un reflejo consistente que me potencializa para un vivir en paz y feliz. Puedo disfrutar de las pequeñas cosas: un libro, una flor, un color, la voz de una persona querida, el vuelo de un pájaro.

terça-feira, 14 de abril de 2020

Foco


Lejos de mí sumarme a la avalancha de análisis e interpretaciones sobre lo que podrá llegar a venir después de la pandemia.

Más bien trato de focalizarme en lo que me toca vivir en este momento.

Atención a lo más inmediato.

La vida se configura de maneras diferentes para cada persona.

Trato de disfrutar de los espacios de libertad que soy capaz de crear o descubrir.

Aflojar la autoexigencia, la necesidad imperiosa de agradar o atender a quienquiera que sea.

Tengo la gracia de estar vivo y me reúno con un pasado que florece de maneras tan bellas como sorprendentes.

El tempo va enseñando cosas si uno se dispone a aprender.

No soy perfecto.

Mis defectos y vulnerabilidades me ponen en una situación de humildad que me abre a la presencia divina y de mis semejantes afines.

No necesito estar forzando todo el tiempo.


terça-feira, 7 de abril de 2020

Confianza


Ayer participé de una rueda nacional de TCI on line, coordinada por Adalberto Barreto. Salí con más fuerza. Este encuentro ha tenido la virtud de reponer adentro mío una sensación de completud. Más allá de lo que pueda decir en este momento, queda un sentimiento de que soy capaz. Somos capaces.

quarta-feira, 1 de abril de 2020

Habitación


Me siento ligeramente saturado de tantas palabras, tanto pensamiento, tantas interpretaciones y opiniones sobre tantas cosas.

No necesito tanto de todo eso, sino mucho menos o casi nada.

Talvez un reflejo, un rayito de luz, un espejo, una flor, una imagen, bastarían para restituírme un poco de equilibrio y paz.

Miro los libros que escribo y leo y todo ese mundo vivido forma mi biblioteca interior, que es silenciosa y profunda.