domingo, 4 de abril de 2010

Un día, una hoja

Hay días en que a uno le gustaría poder ponerse en un papel. Ser esas palabras que caen sobre la hoja y se van ordenando o no, dejándose caer. Dejarse en la hoja y dejar que el viento te lleve por ahí, no sabes dónde, nadie sabe adónde el viento va. Te dejas llevar, vas como una hoja, y el día se deshoja como un otoño que no viene.