sábado, 20 de junho de 2020

Antes, después y ahora


¿Habría algo de malo en nuestra vida de antes de la pandemia?
¿Será tan necesario estar tan conectados con lo virtual?
Gente que no podemos tocar.
El jardín sigue alrededor.
Las plantas han crecido en buena medida gracias a las lluvias.
El tiempo parece haberse detenido.
Mis libros y los bordados de ella siguen allí esperando.
Hoy volví a leer el libro que había empezado ya no sé cuándo.
El tiempo se ha hecho algo nebuloso
Yo no provoqué la pandemia, como tampoco creé la situación política nacional.
No creo que haya nada de malo en la vida que he elegido y que al mismo tiempo hoy se me impone.
Aprendí a crecer con los desafíos. Trato de no dramatizar.
Al final ¿qué es lo que hay de tan malo en el horizonte?
Lo que es permanente permanece
Aquello en lo cual he apoyado mi vida y que ha dado muestras de ser la realidad más real de todas, sigue igual.
La memoria junta los tiempos.
Vuelvo a ser niño y otra vez estoy en aquél tiempo para el cual el adulto de hoy no tiene palabras.
Sólo puedo decir que es un tiempo sin miedo. Sin muerte.
Es lo que queda, lo que está siempre, lo que siempre será.
La alegría perdurable de aquellos afectos que me constituyen.
La fe de la cual tuve comprobación en los momentos más arduos de mi caminar
Hoy vuelven las aguas, vuelve una sensación antigua que ya empieza a tranformarse en recuerdo.
La compañía de Dios, el amor de mi mujer, mi familia, aquellos pocos amigos y amigas que fui capaz de conservar.
Los libros y los colores donde me resguardo.




quinta-feira, 18 de junho de 2020

Recreación


Pocas veces en mi vida he estado más conectado que ahora en tiempos de “asilamiento” social. La sociabilidad tiene muchas maneras de realizarse. La participación frecuente en rondas virtuales de TCI repone en mí un sentimiento de pertenecimiento. Unión. Unidad. Estar juntos. Hacernos juntos y juntas. Respiro mejor. Pierdo una sensación de extrañeza que todavía por ahí tengo. Una cierta dificultad de reconocer y aceptar ciertas facetas de mi ser. Me integro en un espacio comunitario donde reencuentro personas queridas y voy conociendo otras nuevas. Me permito disfrutar del placer de contemplar algunas personas que admiro intensamente. Esto reaviva mi alegría de vivir. Me doy cuenta de que formar parte de este movimiento de alfabetización emocional y reconstrucción de la persona, me fortalece, me anima, me sostiene y alimenta. Son tantas las rondas que a veces parece que vivo rodando. Por suerte es un rodar centrado y con dirección. Se va aclarando el sentido de las palabras y de la comunicación clara. Encuentro mi lugar en un colectivo que tiene un valor extraordinario, en su simplicidad y efectividad, mayormente en una circunstancia como la actual, en que es más importante que nunca estar con. Los vínculos, el enraizamiento, los afectos. Ayer me reía conmigo mismo al ver en la pantalla del computador algunas amigas por quienes tengo un aprecio especial. Es un raro privilegio para un apreciador de la belleza poder disfrutar de la contemplación de obras de arte que la propia naturaleza crea. ¡Cómo es necesario que nos permitamos testimoniar el milagro de la vida! Recuperar aquella condición infantil que cura, de estar jugando en el mundo, no cargándolo en la espalda. Algunas hablas profundas y sensibles me dejan en estado de éxtasis. La lucidez de algunas personas es prodigiosa. Esto es lo que sobrevive y permanece. Es la luz que nunca se apaga. Los golpes pasan. El autoritarismo pasa. La vida vuelve, siempre está volviendo. Y al final estamos más fuertes que nunca.

quarta-feira, 17 de junho de 2020

Por que mataram Jesus, Gandhi e John Lennon?


Uma sociedade que está baseada na acumulação do dinheiro, pouco preça a vida. As vidas são meios. Meios para o capital. É uma sociedade que corre, sempre têm pressa, embora não saiba para onde vai. Ou pior, claramente vai na direção da morte. Pode haver algo mais insensato, imbecil e estúpido? A sociedade em que vivemos usa e descarta. Descarta jovens e velhos. Descarta mulheres e mendigos. Descarta o meio ambiente e os indígenas. Mas isto é, novamente, uma grande imbecilidade e idiotice. É a sociedade da violência, da tortura, do assassinato, da opressão, da mentira, da enganação. Uso e descarte. Por que mataram Jesus, Gandhi e John Lennon? Homens sensíveis, homens amorosos, incomodam. São um mal exemplo. Homem deve gritar e socar. Homem deve matar e estuprar. Esse é o credo machista. Abusar, xingar, destruir, atropelar. Mas nós não temos que concordar com esta aberração. Viver para matar. Viver para morrer. Isso é um absurdo. Vida é para ser vivida, não importa se é uma vida negra ou branca ou morena ou amarela. A pandemia pôs a nu o que era sabido desde sempre. Vivemos num mundo doente. Tomara que o confinamento e o isolamento, e que a insensibilidade de governantes claramente comprometidos com um projeto de genocídio e destruição, possam nos acordar para a vida. Vida é uma só, e passa ligeiro. A pergunta que intitula estas reflexões é para nos acordar para o valor incalculável do instante, do momento, da vida que se vai antes de que tenhamos sido capazes de vivê-la. Voltemos nosso olhar para esses homens sensíveis e amorosos que nos traçaram um rumo e apontaram para uma direção precisa. O amor e a justiça. A paz e a arte. A oração e o serviço ao próximo. O crescimento comunitário.

domingo, 14 de junho de 2020

Trayectoria


Yo no sé si cuando esta nota vea la luz, Brasil habrá vuelto a ser una república democrática constitucional. Talvez sea una esperanza desmedida. Sin duda es un legítimo deseo, después del largo período de destrucción minuciosa de la ciudadanía, los derechos humanos, sociales, laborales, la cultura, la convivencia, el arte, que culminó con la elección fraudulenta que puso en la presidencia del país un criminal de lesa humanidad.

Esta operación macabra fue ejecutada por la prensa venal, la policía transformada en policía política, al servicio de la persecución contra Lula y el PT, y una masa descalificada movida por el odio, el prejuicio, la ignorancia, la desinformación, la falta de cualquier vestigio de humanidad. Obviamente un legislativo y judicial totalmente alineados con un proyecto de destrucción de Brasil y su pueblo.

Comenzó junio con movilizaciones masivas a lo largo y a lo ancho del país. La juventud, las mujeres, el movimento negro, el movimento sindical, la oposición política de izquierda, juristas democráticos, cientistas, artistas, movilizadores culturales, etc, de pie desafiando la pandemia tanto cuanto la represión policial incentivada por el delincuente que ocupa la presidencia de la república. Exigiendo el retorno de la democracia y el fin del genocidio.

Memorias llaman memorias. En junio de 1976, otro régimen ilegal y genocida, encabezado por Videla y con la complicidad de vastos sectores civiles, empresariales y eclesiásticos, expulsaba de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, Argentina, a la casi totalidad de los alunos y alumnas de la carrera de sociologia, bajo la acusación de “subversivos”. No hubo proceso, juicio, defensa. Solamente hubo un castigo, una penalidad.

En aquella época, la rotulación de subversivo era un peludio de la muerte, tortura, secuestro y desaparición de la persona. Me tocó ese destino. No cometí ningún delito, no soy culpable de nada. No sé si la delincuencia universitaria servil a la dictadura pagó por su delito. No creo. La impunidad parece ser la regla en estos casos. Hubo actos de reparación moral muchos años después, que honran a la Universidad Nacional de Cuyo.

La herida, sin embargo, tuvo que ser curada más allá de acciones burocráticas o administrativas. Fui reparado por la propia ciudadanía, en Mendoza y aquí en Brasil. La gente sabe quien soy. Yo no cambié de lado, no fingí ser lo que no era. Sigo siendo el mismo que fui antes, después y ahora.

La mentira tiene piernas cortas. La delincuencia de 1976 fue juzgada como deberá serlo la delincuencia que en Brasil atropelló todos los derechos elementales de la humanidad y la ciudadanía. Cuando un pueblo pierde el miedo y se pone de pie, chau totalitarismo. En algún momento la gente despierta, y pefiere la vida.

sábado, 13 de junho de 2020

Defender la vida


El ser humano no nace, se hace. Esto, que es una constatación científica (antropología, sociología, educación, psicología, linguística), viene siendo prolijamente desarmado por la nefasta cominación del neonazismo, la mídia, las llamadas redes sociales, y un vasto sector de la población que antiguamente tenía algún pudor en mostrarse, y que hoy al contrario, abiertamente proclama su subhumanidad.

Son personas (y ya siento que debo cambiar la palabra: persona es alguien que tiene cara, tiene valores, ética, principios) para quienes la vida no tiene valor. Matan de distinas maneras. Tal como el policía asesino que en Estados Unidos simplemente asfixió al hombre negro acusado de haber pagado con un billete falso, en Brasil una masa descalificada eligió a un despresidente que es misógino, defiende la tortura, es homofóbico y racista.

Crimen es crimen. Se mata con prejuicios, con mentira, calumnia, difamación, y se mata también negando asistencia financiera (un deber del estado) a las personas que trabajan y a los pobres, obligándolos a salir a la calle en medio de la pandemia. O sea, mandándolos a la muerte. Cámaras de gas, campos de concentración, centros de tortura. Todo esto estimulado y apoyado por la prensa mercenaria.

Aquí en Brasil estamos viviendo el doble ataque de la deshumanidad. ¿Adónde quiero llegar? Al hecho de que si no emprendemos a tiempo y eficientemente una contraofensiva humanizadora a través del arte, la cultura, la educación y la defensa activa y contínua de los Derechos Humanos, podemos estar yendo en dirección a un holocausto.

No hay chistes racistas ni chistes homofóbicos ni misóginos. Hay delitos contra la persona que se perpetran de manera cobarde, canalla y cruel, en el ámbito íntimo, en la familia, en la escuela, en la calle, en el trabajo. Cuando una persona es negada en su identidad, en su manera de ser, de hablar, de manifestarse, se está perpetrando un asesinato.

Este tiempo de pandemia me ha puesto en contacto estrecho y cotidiano con gente en busca de sí misma. Gente que participa de rondas virtuales de Terapia Comunitaria Integrativa. Aquí vamos conversando, escuchándonos, estableciendo vínculos afectivos, recreando sentidos para el vivir. Recuperando nuestra propia identidad, tan negada por la industria de la muerte.

Jesús compara el reino de Dios a una semilla de mostaza que una vez puesta en la tierra, crece y da abrigo a los pájaros y sombra a los viajantes. Estos espacios de recuperación de lo humano tienen la misma conotación. Vernos en el otro, reconocernos en el diferente, descobrir las semejanzas que nos constituyen como un tejido multicolor.

Encontrar fuerzas para resistir, para rehacernos, para seguir adelante. Alimentar aquella alegría y energía vital que nos quieren robar. Hay tesoros que no pueden ser robados. El evangelio nos lo recuerda.

quarta-feira, 10 de junho de 2020

Agora


Não sei quanto tempo ainda vai durar esta pandemia
Aprendi a respeitar a morte
Potenciar a vida é o resultado
Revalorizar a minha história
E o tecido que me une com as pessoas ao redor
Saber que humano não se nasce, se faz
É fruto de um esforço cotidiano
Precisamos de um governo humano
Que cuide dos seres humanos
E do lado de cá,
Atenção ao afeto, aos vínculos, aos projetos
Para fazer do aqui agora -- deste preciso instante-- algo de muito valor