terça-feira, 18 de dezembro de 2012

Mosaico del día

El día se iba armando como un mosaico. Veías cada instante de este día. La ida a la verdulería de mañana temprano. El portero del edificio. La vereda, los peatones de esas horas primeras. El día de ayer, los días anteriores, juntándose a este instante como un tablero gigantesco, una mandala infinita. El cielo que vieras de mañana, al levantarte. Ese celeste, las nubes apenas pintadas de amarilllo. El sol en el cielo, muy tenue todavia. Los pajaritos cantando. Recordaste a tu padre y a tu madre. Hay algo muy especial en esas horas iniciales. Una cosa muy buena en el ambiente. El cosmos parece arrullarte, te anida. Y ya ahora, cuando las calles y los autos, cuando su sonrisa cautivante, cuando sus ojos, cuando este juego de amarse te construye y te junta cada vez que la vida te disperse. Dejas que el día siga armando, como un río que va por donde se le antoja. Dejas que el día se siga armando. El día se va armando, como un rompecabezas infinito.

Nenhum comentário:

Postar um comentário