quinta-feira, 5 de junho de 2014

Escribiendo

Escribiendo organizo mi mundo interno, y el externo también ocupa su lugar. Todo es como debe ser -- o mejor dicho, me doy cuenta de que todo es como debe ser -- cuando escribo. Escribo aún cuando no estoy escribiendo. Recupero la sensación de mi identidad, la perspectiva de la historia de mi vida, los valores que me animan y le dan sentido a mi existir. Las personas que forman parte de mi núcleo interno, debido a sus cualidades. Las redes de las que formo parte. La realidad que se muestra más allá de lo teórico y de lo ideológico. Todo se muestra, todo se muestra a mis ojos cuando escribo. Por eso escribo aún cuando no estoy escribiendo. Estoy leyéndome en la escritura del mundo. Tomo distancia de las máscaras sociales que se me fueron pegando a la piel. Aprendo a olvidar la forma de recordar que me enseñaron, como dice Fernando Pessoa. Por eso lo poético y lo literario se me figura que son los territorios más libres (o dos de los territorios más libres) de la existencia. Inclusive porque ellos humanizan la naturaleza y el cosmos, y nos hermanan con todo lo que existe.

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