Un color es más tranquilo. Un color es un sentimiento. Hay un celeste que me acompaña
desde hace tiempo. Jazmín del cielo. Abuelas y madre. Abuelos. Mujer
y esposa. Estas palabras expresan lo que el sentimiento reúne en un
color, el celeste. Nacimiento. Eternidad. Paz. Tranquilidad. El
sentimiento es todas estas cosas Yo no necesito pensar en estas
cosas, ya que el color en sí mismo es todas ellas. Hay otros colores
que son otras cosas, otros sentimientos. El amarillo es amor, familia
y amigos, hijos e hijas, sueños realizados y por realizar. Algo
eterno que está aquí y ahora, que es tangible, aunque muy tenue.
Dios. Flores. Fé. Eternidad. Los colores convergen. Celeste y
amarillo forman un verde claro, como de hoja. El verde es también
tranquilizante. Son los campos y la montaña. El mar. Las plantas.
Todo lo que crece en la tierra. Los ríos. Cuando quiero estar en
paz, trato de color, en vez de pensar. Los pensamientos suscitan
controversias, interpretaciones, debates, discusiones. El color no.
El color es paz. Aún aquellos colores que asociamos a la muerte o al
dolor, como el negro y el rojo, también son tranquilos.
Autocontenidos. Son unidades en sí mismos. Contención. Unidad. Paz.
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