Uno va mapeando su estar aquí. Muchas veces me ocurre que me
doy cuenta de que estoy teniendo una percepción mía, un sentimiento mío, un pensamiento
mío. Esto me llama la atención, ya que en general son cosas que ya he escrito
antes. Son cosas que he ido registrando a lo largo del tiempo. Hay una diferencia
clara entre lo que es mío y lo que es ajeno. Hubo muchas cosas ajenas
(pensamientos, actitudes, deseos, opiniones, sentimientos) que consideré como mías equivocadamente, durante
mucho tiempo. Ahora me es más fácil saber lo que es mío, y lo que es ajeno interiorizado.
Hay todavía un área difusa, confusa. Cosas que no está muy claro a qué dominio pertenecen,
si a lo propio o a lo ajeno. Pero de a poco las cosas van quedando más claras. A
partir del momento en que empecé a tener esta sensación de lo que es mío, empecé
a sentirme mejor. Es como volver a ser niño. Una inocencia vuelve. Un sentirse
bien porque sí. Un sentimiento de felicidad que no sabe lo que es la felicidad. Estás
feliz y listo. No le buscás tantas explicaciones a las cosas.
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