sexta-feira, 29 de novembro de 2013

Si fuera yo

Si yo fuera yo, solamente yo, siempre yo todo el tiempo, sería feliz, siempre feliz.

Porque el tiempo y yo, el mundo y yo, la volutad del cosmos y yo, seríamos siempre uno.

segunda-feira, 18 de novembro de 2013

Sincronicidad

De tanto escribir y leer, de pronto se va creando una simetría, una sinergia, una sincronicidad entre tu vida y los libros que lees y escribes. Ayer a la tarde me levanté de la siesta pensando en un flamboyant que hay en una esquina cerca de mi casa. Veía sus flores y ramas, su tronco y raíces.

Todo esto para decir que no necesito estar pensando todo el tiempo. Puedo dispensar, puedo estar, solamente. A veces leo un libro, mejor dicho, una frase en un libro, y me admira cómo esa frase llegó en el momento justo. Ahora mismo, esta tarde, estaba en casa, andando sin tener nada que hacer, sin saber qué hacer, y sin embargo sospechando que lo que tenía que hacer era eso: no hacer nada.

Entonces encuentro un escrito mío de esos que estoy juntando pensando en algún nuevo libro que talvez un día publique. Se llama “Dispensando”, y trata justamente de esto: de que no hay necesidad de estar pensando todo el tiempo. Se puede estar simplemente, como cuando uno era chico.

Otras veces me ha pasado de leer en un libro, una frase que retrata exactamente lo que estoy viviendo, o me trae un estado de espíritu que me hace bien, me alinea con el presente, me simplifica, me trae paz y consuelo. Otras veces, lo que leo me cose con el pasado positivo, me une con acontecimientos y personas, estados de ánimo, me refresca y me renueva. Uno va construyendo su propia casa.

Sea pintando o dibujando, escribiendo y leyendo, yendo y viniendo, como abejas u hormigas, construimos nuestra casa, nuestro tiempo, todo el tiempo. De a poco, mediante lo que escribes o lees, se va cerrando la brecha que separa el aquí y ahora y lo eterno. El aquí y ahora es lo eterno.

sábado, 2 de novembro de 2013

Cartas

Esta mañana ví un pajarito cantando en la punta del tejado vecino. Veía la pared blanca, agrietada. Un cable bajando por la lateral del edificio. Las tejas. Las canaletas de agua de lluvia. Las flores de jazmín y la planta de acerola sobre la pared que da a este edificio. Las plantas de las casas vecinas. Las nubes en el cielo, la claridad del día que comenzaba. Ahora ya es de noche.

Escucho la televisión en la sala. De tarde ví “Cartas para Julieta”, una película romántica que transcurre en Verona. De mañana caminamos por la playa. El sol, el mar, la arena. Niños, sombrillas. ¿Adónde vamos cuando morimos? Me gusta escribir y recibir cartas. Las cartas de hoy son cortitas. Son muy breves, pero no dejan de ser cartas.