segunda-feira, 31 de agosto de 2009

Hoy maté Adolf Hitler

--Hoy maté Adolf Hitler.

--¿Como así, no estaba muerto ya?

--El otro sí, el mío no. Yo tenía uno dentro mío. Adalberto me dijo.

--¿Quién es Adalberto?

--El fundador de la terapia comunitaria integrativa y sistémica. Fue él el que me dijo que yo llevaba un Hitler dentro de mí. Lo odié por eso, pero tenía razón. Era una parte mía que negaba todo lo que yo afirmaba y criticaba todo lo que yo hacía o no hacía, me estaba volviendo loco. Lo eché a patadas.

--¿Pero no dijiste que lo habías matado?

--Es un modo de decir. Lo ví, sé que está ahí, y ahora no tiene yeito.

--¿Por qué dijiste yeito y no jeito ou yeite?

--Porque me gusta, se me da la gana, me hace bien decirlo así, y se acabó. Me cansé de hablar como los otros quieren que hable. ¿Ya no basta tener que hablar en portugués todo el día, o casi todo el día?

--Y qué, ¿no te gusta el portugués?

--Yo no dije eso, es que he vuelto a ser yo, ¿te das cuenta? Es eso. Hago lo que se me ocurre, y no me calienta si a vos o a nadie le viene bien, ¿te das cuenta?

--Más vale. Qué bueno, che. ¿Me presentás ese Adalberto?

domingo, 23 de agosto de 2009

Habrá un tiempo

Habrá un tiempo
En que no tengas tiempo.

Un instante final
Juntando todos los instantes.

Ese día será todo al no ser nada
Serás nada siéndolo todo.

Esa hora es ahora.

Si mueres en vida
No morirás jamás.

sexta-feira, 21 de agosto de 2009

Diálogos, hoy Los Beatles y otras cosas más

--Había un conjunto tocando allá abajo. Eran unos tales de Beatles, que hacían el mayor suceso y lo siguen haciendo, aún disueltos, hace ya tantos años. ¿Te acordás? Éramos jóvenes ainda. Qué linda palabra, ainda, deberían hacer más palabras así. Era una de las que más me gustaba cuando llegué a Brasil, en 1977.
--Ya tuviste que decir el año. Qué van a decir.
--¿Y yo qué sé lo que puedan decir? Sé que desde ese año todo empezó mejorar cada vez más en mi vida, y sigue mejorando día a día, minuto a minuto, todo el tiempo, todos los días, incesantemente.
--Hoy llevamos a mi suegro al Memorial São Francisco. E eu com isso? Ya sé que no te importa, pero lo quería decir y lo dije.
--Bueno, sí, lo dijiste, ¿y ahora?
--¿Ahora qué?
--Eso es lo que pregunto yo, ¿y ahora qué?
--Ahora los Beatles siguen cantando, como hace tanto tiempo, como siemrpe, y una moto pasa, y te tengo que dejar para irme a trabajar, ¿está bien?
--Tudo bem, como decimos aquí. Hasta al vista, até, inté, até mais, obrigado, viu?
-- Desculpe qualquer coisa. Vou indo.
--Es muy lindo. Chau.
--Chau. Gis la revido, como dice mi papá, que no sé qué quiere decir pero suena bien. Mi papá cumple 88 años el viernes. ¿Qué te parece?
--Fantástico, ¿qué me va a parecer?
--No sé, te pregunto nomás, no seas así, no te pongas quisquillosa.
--Apois, é isto, tenho mais o que fazer, vou me embora, vou dar o fora. Tudo bem?
--Tudo bem. Chau, até.
--Ya vas a empezar de nuevo?
--No, ahora me voy mismo. Chau y até, viste, che?
--Chau

segunda-feira, 17 de agosto de 2009

É TARDE DA NOITE.

Cansado, contente, pleno, feliz, fecha o homem o tear, satisfeito. Nada como a sensação do dever cumprido. Caminhos percorridos, outros se abrindo, a teia da vida se expandindo, o coração a pulsar pelos confins do universo.

domingo, 9 de agosto de 2009

Por que continuo sendo um terapeuta comunitário

Porque continuo sabendo ser este um modo pacífico de revolução constante, cotidiana, consciente, continuada, pelo qual muitos e muitas continuam dando a vida nos dias de hoje.

Anos atrás, lendo um texto do Prof. Adalberto Barreto, As dores da alma dos excluídos no Brasil, comecei a chorar. Não era de tristeza mas de alegria. Sentia que as dores da alma que nos deixara a ditadura militar argentina não foram em vão.

Em vão lutava havia já muitos anos, desde 1999, para ser preciso, quando um dia em Fortaleza, Ceará, decidira voltar a ser quem era antes do recebimento da carta que me transformara num morto em vida, num possível futuro desaparecido.

Tirando a esta expressão um tom panfletário que possa ferir a sensibilidade dos leitores e leitoras, posso ser mais preciso.

Naquela oportunidade, vieram à minha mente, como tantas vezes após 1977, o ano em que vim ao Brasil, cenas de desaparecimento, tortura, dor.

Nessa ocasião, contei chorando a Maria, minha companheira, por que chorava. O que eu via, o que eu sentia, o horror que ficara na minha alma, na minha mente, na minha vida, após aqueles anos infames, inqualificáveis, em que a vida não valia anda na Argentina.

Maria simplesmente fez uma pergunta, desse jeito que só ela tem de ser, de perguntar, de se defrontar com a vida:

--Mas eram argentinos os que faziam essas coisas?

Eu acordei de um pesadelo, ao ouvir essa pergunta.

Decidi, então, voltar a ser quem eu era antes do golpe, antes da resolução 919 da intervenção militar na Universidad Nacional de Cuyo de 19 de junho de 1976, que me expulsava, junto com dezenas de colegas estudantes e professores, por subversivo real ou potencial.

A distinção entre subversivo real ou potencial não fazia a diferença. Você iria morrer, morreria como morriam os seus colegas naqueles dias, sumiria, desapareceria, ninguém saberia mais de você.

Mas não morrera, ao menos não do modo previsto habitual, corriqueiro, normal, de morte morrida, fosse qual fosse a modalidade.

Morreria lentamente, dia a dia, minuto a minuto, em lenta agonia prolongada ao longo dos anos. Nunca mais seria eu mesmo.

Uma tortura infinita fora programada pelo engenho do ódio para os sobreviventes de 1976, e eu era um deles, e não sabia, mas sabia, soube, saberei sempre.

E ao ler o texto do prof Adalberto que ontem comecei, por minha conta, a traduzir ao espanhol, me dei conta de que eu não era o único, de que os migrantes nordestinos e hispanos que eu encontrara nos anos 77 em diante por São Paulo e Rio, os chilenos e paraibanos, pernambucanos e mineiros, gaúchos e capixabas que afluíam como eu para os corredores da Polícia Federal em São Paulo e para a presença do padre Mario Miotto da AVIM do parque Dom Pedro II, atrás de documentos, atrás de trabalho, atrás de um lugar sob o sol, do direito de existir, esses migrantes entre os que me contava, éramos essa massa de desenraizados, de pessoas sem alma que o Prof. Barreto tão bem retratava no seu texto.

Eu era um deles, um desses seres que perderam suas raízes, sua autoestima, sua razão de viver, sua autoimagem, sua memória, sua identidade.

Um morto vivo, como dissera Marcelo Nazar um dia.

Assim, me dei conta de que podia voltar, quis voltar, e continuei voltando, continuarei sempre, pois a vida é um caminho de volta, um caminho de regresso à pátria celestial em que estão Dom Fragoso, minha mãe, meus tios, minhas avós, e na qual estarei mesmo antes de morrer, porque, como Dom Fragoso dizia e agora eu sei, o reino de Deus é o presente, é o instante, é o aqui e agora.

É esta madrugada de domingo 9 de agosto de 2009, em que os pássaros começam a cantar e enseguida o céu a clarear, e que devo te deixar pois devo ir caminhar pela praia, viu?

Chau, até qualquer hora, ta? É isto.

sexta-feira, 7 de agosto de 2009

Notas da madrugada

Cuando se levantaba a la madrugada, no siempre tenía algo específico a hacer.

A veces, como ahora, simplemente se ponía frente a la hoja a ver qué venía.

Ahora, por ejemplo, apenas registraba el sonido de la lluvia allá afuera, en las hojas de los árboles.

El sonido de un camión en el estacionamiento de al lado. Una charla en la televisión de una teósofa, que le recordó mamá, Leo, tantas cosas, tanta gente.

Ahora escuchas el camión de la basura con su ruido característico al comprimir los residuos para hacer espacio a más. Ya se va siguiendo su camino.

Seguirás el tuyo, todos siguen su propio camino.

Ahora oyes las voces frente a tu casa, y ya el sonido se aleja. La lluvia también va parando, y un perro se pone a ladrar.

Recuerdas el e-mail de tu padre. Que la Divina Madre los bendiga y que tus palabras de amor lleguen al corazón de esas almas.

Seguimiento de Jesus es amor a Dios y amor al prójimo al mismo tiempo.

Ese amor es una imposibilidad, una locura, desde un punto de vista racional y lógico, objetivo.

Pero el amor no sabe de razones, ama locamente, es locura, a los ojos del razonamiento que todo lo mide, todo lo explica, todo trata de comprender.

También tratas de comprender, todos tratamos, pero hay comprensiones y comprensiones.

Hay comprensiones que cierran el mundo y otras que lo expanden, lo abren.

Escribes estas cosas sin pretensión alguna, apenas por escribirlas, por saber que viene y que tienes que estar haciendo lo que haces, y lo haces.

Recuerdas el día de ayer, la reunión de mañana con los compañeros del grupo formativo, la ida con María a la clínica con la mamá de Goretti, la vuelta a casa de noche, y ahora, ya las 01.30 de la mañana del siete de agosto de 2009, no sabes si sigues o si dejas, y entonces dejas. Te vas a dormir. Boa noite, viu?

terça-feira, 4 de agosto de 2009

Otra página 68-70-2009


Ese día se había levantado un poco después de las cuatro de la mañana. Las dudas habituales. Portugués o español. Español o castellano. Voy a la playa o no voy. No voy. Me pongo a lavar la ropa. La ropa sucia al lavarropas. Al piso de abajo. Bajar a la sala y no ver a nadie. ¿Cómo sería si vivieras conmigo? Vernos todos los días. Manual de instrucciones, el cuento de Cortázar, ¿te acordás? Al final, no fui nada a la playa. Me quedé bajando unas páginas en PDF del artículo de Chogo, Panorama sanitario y asistencial del país. Los principios. La voz del interior. Los Andes. Mendoza. El Andino. El Tiempo de Cuyo. Canillita, se marchita la niñez y la alegría. El primer laburo. Don Navarro, el kiosco de Arístides Villanueva. Diario, Diario. El descamisado, Estrella Roja, los años 68-70. El mendozazo. Tanta vida, pensó, tantas idas y vueltas, tantas vueltas, tantas idas y vueltas. Pero eso ya lo dijiste, por qué le das tantas vueltas si no tiene vuelta. ¿Cómo que no? Dio vuelta la página. Eso es lo lindo de escribir, das vuelta la página y listo. Ahora escucho una música andina. Soy andino, ¿y vos? Ser andino no es lo mismo que no serlo. Nada es lo mismo que nada. O es eso, o es otra cosa, pero lo mismo no puede ser. Pero lo que quería decirte es que al escuchar música andina me vuelvo a mi tierra, a Puente del Inca, la cordillera de Los Andes. Los Andes la cordillera, no el diario, son cosas distintas pero el nombre es el mismo. Nadie lee, o lee una cordillera, pero nadie sube un diario, eso al menos es cierto, ¿no te parece? Una rama de la casuarina hace ruido en el techo. Romero vendrá a cortarla el viernes, ¿te das cuenta? Siguen los sones de flauta andina. Muy lindo Brasil Inka. Muy lindo, de verdad. Un pájaro canta y me pregunto dónde andarás. Habrás ido a llevar a Bruno a al escuela, al cursinho como decimos acá. Ya me tendré que ir a ver gente, a veces enferma mucho la cabeza estar tan solo. Sí, ya sé, la patria es aquí, no estás solo, y todo eso, pero aún el solitario necesita gente, gente. Oxente, che! Hoy es 3 de agosto y ayer se murió mi tío Carlos, y hoy morirán tantos y tantas, tantos nacerán, como el nene de Djair, tantos otros. Es la vida, como decía Dom Fragoso.