sexta-feira, 27 de fevereiro de 2015

Raíces

Esta mañana estuve nuevamente en el CEFOR de João Pessoa, Paraíba.

Ví otra vez estas raíces de un fícus que crece en el patio de la institución.

Ya las había visto una vez, y me llamaron tanto la atención, que se hicieron como que parte de mi propia memoria. Parte de mi historia.

Hoy registré nuevamente estas raíces que se hunden en la tierra a través de las ranuras entre los adoquines.

Es todo un símbolo. Me recuerda mi trayectoria de vida. Me fortalece.

Sentido

Ayer me desperté, y en seguida, me vino esta palabra. Sentido. En seguida, me acogí a ella, o en ella. Me refugié en ella. La sentí. Sentí el sentido, como una corriente de agua. Una corriente de agua que me lleva, que me conduce. El día fue yendo un poco en esta dirección. La dirección del sentido. Un dejarme llevar, que no me eximía de tomar decisiones, pero era más fácil. Era como si el sentido estuviera allí y yo también. Tenía, como mucho, que hacer un pequeño esfuerzo para ajustarme, para dejarme llevar, cuando mis pensamientos aprecían querer imponerle una dirección a lo que estaba ocurriendo. Sé que este intento mío por expresar una experiencia interna es precario. No sé si las palabras están consiguiendo expresar lo que sentí y viví. Pero creo que el intento cumple su función, de rescatar experiencias mínimas de armonización, que de outro modo podrían perderse en el elvido. 

domingo, 22 de fevereiro de 2015

Carta abierta al Papa Francisco

Le escribo en primer lugar, para agradecer sus actos y palabras en el escenario mundial. Usted reaviva la fe en la persona humana. En seguida, me gustaría pedirle su bendición para la Terapia Comunitaria Integrativa, una actividad a la que me dedico, junto con muchas personas en Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador, además de Francia y Suiza. Es una actividad que ayuda a que las personas recuperen la confianza en sí mismas, frecuentemente dañada por las migraciones forzadas, el desempleo, la ruptura de valores, entre otros factores. Actuamos siempre en colaboración con otras acciones en la base de la sociedad (pastorales de las iglesias, agentes comunitarios de salud, enfermeras, educadores, médicos, psicólogos, etc), bien como en colaboración con universidades, organismos de salud, asociaciones vecinales. No venimos a competir com nadie, sino a sumar. Reciba con esta mi más sincero aprecio.

sábado, 21 de fevereiro de 2015

¿Cómo lo que hago se inserta en mi historia de vida?

Estos días atrás, me he estado haciendo esta pregunta, especialmente con relación a la Terapia Comunitaria Integrativa. Cuando me hago esta pregunta, viene la unidad de mi vida. Se unen pasado y presente. Este quehacer en el que me hago, es un quehacer que tiene todo que ver con mi historia de vida. Aquí me rehago, recompongo mi humanidad, recupero mi sentido de estar vivo. Cuando me hago esta pregunta, me siento más aquí, más enraizado, más presente. 

Un pacto honrado con la soledad

“El secreto de una vejez feliz es un pacto honrado con la soledad.” Es una frase de Gabriel García Márquez que me viene rondando desde hace tiempo. Es una buena compañía, sin duda. Un pacto honrado con la soledad. De pronto esto me da calma. No necesito estar constantemente obligándome a estar con gente, ni sintiéndome culpable por no haber ido a una fiesta de cumpleaños. No necesito estar forzándome a nada, a hacer esto o aquello. Basta estar aquí, basta estar vivo. Basta disfrutar del respirar, del meramente estar aquí. Ayer compré un libro de Martha Medeiros, Feliz por nada, que coincide com esta valorización de la gratuidad. Basta de estar pesionándome constantemente para atender a no sé qué padrones de comportamiento venidos de no sé donde. Venidos sí sé de donde, de la educación castradora, de la religión alienante, del consumismo y de esa industria de la disconformidad que anda por todas partes. 

Papeles

Todos desempeñamos papeles sociales. Esposo, esposa. Padre, hijo. Las relaciones, el existir en sociedad, lo exigen. Pero ninguno de nosotros se puede reducir a un papel, o a varios papeles, por más importantes que puedan ser. Yo no soy un papel. Yo desempeño papeles. No hay un papel para mí, sino que yo soy el que desempeña papeles, según las situaciones o posiciones. Descubrir esto es respirar. Es restituirse a la vida primera. Es volver a ser. 

quarta-feira, 18 de fevereiro de 2015

¿Por qué el lado de acá?

¿Por qué sigo escribiendo sobre el lado de acá, esa vida que los medios de comunicación de masas ignoran, esa vida que la industria del miedo y la despersonalización se empeñan en desdibujar? Porque creo que solamente este registro de la vida menuda, este laborioso esfuerzo por retener el tiempo que se va aceleradamente, puede llegar a generar un espacio digno de ser vivido. Un espacio atemporal, hecho de gestos primeros, impresiones rescatadas de la rutina y el hábito. Trato de retener los gestos de la gente que encuentro, trato de que esos encuentros no sean meramente de uso. En esto perpetúo una costumbre familiar. Lo aprendí con mis padres. Ahora me toca a mí esto de retener lo irrepetible, retener la vivencia en lo que tiene de único.

Nada se repite, y esto lo puedo hacer vivo si practico una especie de atención distraída. Leo un libro sin interesarme demasiado por el enriedo. Leo para distraerme. Vivo como quien hubiera traspuesto las barreras de la muerte.

A veces estoy como quien ya murió. Solamente disfrutando de un presente que lo es en plenitud. Un presente que es un tiempo sin miedo, sin violencia ni preocupaciones. Por eso sigo insistiendo con el lado de acá, mientras hay legiones de escribas que se dedican a repetir lo exterior, lo repetido, lo sabido.

segunda-feira, 16 de fevereiro de 2015

Aprendizaje

A veces el pasado hace sentir su peso. Se viene con todo el peso del pasado. El pasado pesado. ¿Y qué pasa cuando el peso del pasado hace sentir su peso? Miro y veo tantas cosas que pasé, tantas cosas que viví. Todo ese tiempo oscuro en medio del cual la luz brillaba. Pero cuando pesa, es que estoy viendo solamente la oscuridad. La traición, el abandono, el dolor, la violencia, la mentira, la fuerza bruta, el engaño, la simulación. Y no estoy viendo la luz, la flor, el crecimiento, la competencia. El ejercicio sigue siendo siempre el mismo. Tratar de ver las dos cosas juntas. 

sexta-feira, 13 de fevereiro de 2015

Presencia

Ayer a la tarde pasé un buen rato sin tener nada que hacer. Esto me llevó a reflexionar, como lo he hecho varias veces, sobre el ocio, la inactividad, como situaciones positivas. En un momento, en que me sentí por entero libre de cualquier obligación o compulsión a la acción, simplemente disfruté del estar aquí, vivo. Sin mayores consideraciones en la mente, simplemente registré el bienestar que me venía por el hecho de estar aquí, respirando. Estar aquí. Esto me dio gran alegría. Después me puse a hojear algunos libros. La Poesía de John Keats. Parecía tan sintonizada conmigo y con mi vivencia de ese momento, que no pude dejar de admirarme. Leí la Oda al ruiseñor, que era muy apreciada por Jorge Luis Borges. Leí también algunos otros poemas de Keats, donde el poeta expresa su sentir acerca de la fantasía. Esto me alegró mucho también, ya que me parece que la fantasía es una dimensión importantíssima de la vida humana. Ella nos expande, nos integra con el todo. Más tarde leí algunos trechos de O médico nativo, de Cronin, un autor cuya lectura siempre me trae una gran sensación de bienestar. En algún momento, leí algunos trechos de No caminho de Swann, de Marcel Proust, uno de los tomos de su Em busca do tempo perdido. Otro viaje agradabilíssimo. ¡Qué maestría la de Proust! ¡Cómo su descripción de los seres humanos nos devuelve nuestra propia humanidad, lejos de los esteretipos y la rutina que despersonaliza!

quarta-feira, 11 de fevereiro de 2015

Recuperándose

La hoja se había transformado en una especie de puerto seguro. Un puerto seguro, sin duda. Allí voy cada vez que necesito rehacerme. Cada vez que necesito estar un poco conmigo. Entonces me pongo a leer o a escribir. Leer o escribir, eso mismo. Cuando estoy en la hoja, sea de un libro o de un cuaderno, es como si estuviera donde debo estar. Estoy en mi lugar. Este es mi lugar. Pero no es un lugar de donde estén excluídas otras personas, no es un lugar apartado. Es un lugar de reunión. 

Aquí me reúno con quienes también están en busca de sí mismos o de sí mismas. A veces, como ahora, no es que uno venga a este lugar de encuentro para decir algo determinado. 

Tal vez sí, tal vez no. Puede ser que uno quiera compartir algunas alegrias pequenas o no tan pequenas, como la de estar leyendo un libro agradable, o la de tener la sensación de estar firmemente plantado en el suelo. 

O, aún la alegría de saberse parte de una red de afectos que incluye la familia, principalmente, y se extiende por los amigos y amigas, las redes de las cuales participo, construyendo vínculos solidarios. Respirar aquí, valorizar la vida aquí. 

Saberse aquí a salvo de la deshumanización que ronda más allá, y, de algún modo, saber que en este nido se construyen antídotos contra la violencia y la despersonalzación, la indiferencia y el tedio vital. 

En estos espacios, donde lo cotidiano y lo más íntimo son lo más valioso, es como si uno estuviera rondando las semillas de una vida nueva que depende solamente de nosotros mismos.


domingo, 8 de fevereiro de 2015

Presente

Hoje de manhã, como tantas outras vezes, fui caminhar pela praia. O mar azul esverdeado, quase turquesa na linha do horizonte. O barranco de Cabo Branco. As sombrinhas desenhando um traço contínuo acompanhando a margem do mar. E, na caminhada, o mundo interior a ir clareando, a ir se arrumando, a ir se harmonizando com o que está fora. Nestas caminhadas, o dentro e o fora vão se equilibrando.  O fora deixa de ser tão estranho ou hostil, vai se tornando meu. Olho para dentro agora, e vejo as raízes, os vínculos de amizade, os sonhos em que me empenho, pessoal e coletivamente. Trabalhos de formiga em que me fui tendo de volta.  A Terapia Comunitária Integrativa, onde fui vendo como as carências se transformaram em competência. Como as dores de ontem e de antes de ontem e as de hoje, são o solo de onde brotou este presente. Esta plenitude que muitas vezes sinto, vem dessas dores transformadas.  Então vejo como não me afastei da minha história. Como a criança que fui, foi me guiando a través de todas as situações muitas vezes adversas, até esta hora de graça partilhada. Este presente que poético-literariamente trato de habitar. É uma tarefa para o dia a dia.

sexta-feira, 6 de fevereiro de 2015

Emoções misturadas

Hoje, me foi dado viver momentos de alegria. De manhã, pintar um quadro que me trouxe muito prazer ao vê-lo aparecer na tela. Azul e branco. Um esboço de uma mulher nua que pintei há vários anos atrás, e que, para minha surpresa, apareceu no papel quase igual ao original. Tive a sensação clara de que a memória guarda todo. Isto é muito animador. É como se, de fato, nada se perdesse. Tudo fica guardado. Ao pintar e ao escrever, algo vai se igualando. No pintar e no escrever, o lado de cá e o lado de cá vão mudando de lugar. Algo vai ocupando seu lugar. Algumas sensações tristes. As luas mudam ainda durante o mesmo dia. Lua cheia de manhã, minguante à noite. É isto. A vida é tudo isto.  

quinta-feira, 5 de fevereiro de 2015

Libros no leídos



En mi biblioteca se acumulan varios volúmenes de libros que no he leído, o que sólo he leído parcialmente, por diversos motivos. Es curiosa la variedad de razones que me han ido llevando a leer solamente en parte muchos de estos libros, así como muchísimos otros libros, a lo largo de mi vida. Algunos de ellos, debido a mi pérdidad de interés, o en razón de un interés puntual que se satisfizo com la lectura de algunas páginas, capítulos o parágrafos. Otros, porque lo que llegué a leer bastó para entretenerme en alguna oportunidad, y la posibilidad de proseguir con la lectura, está ahí al acecho, como una especie de promesa atrayente. En esta categoría están libros como A arte de ficção, de Henry James; Retrato de uma senhora, también de Henry James; Mansfield Park, de Jane Austen, A abadía de Northanger, también de Jane Austen. Realidades múltiplas, de Lya Luft; O quarto de Jacó, de Virginia Woolf; A terra dos meninos pelados, de Graciliano Ramos, Ojos de perro azul, de Gabriel García Márquez. 

La lista es larga. De ella forman parte varios volúmenes de obras de Jorge Luis Borges, que tengo certeza de que nunca llegaré a leer por completo, tales como: El Aleph, Antología personal, El otro, el mismo. Os Buddenbrook, de Tomas Mann, etc.Hay otros libros que ni siquiera he llegado a empezar a leer, y que están en mi biblioteca porque los he recebido de regalo de algún amigo o amiga, o de algún familiar. Forman parte, digamoslo así, de una especie de guarda de honra.  

segunda-feira, 2 de fevereiro de 2015

¿De dónde viene mi fuerza?

Muchas veces me he hecho esta pregunta, en estos días pasados. ¿De dónde viene tu fuerza? Es una pregunta que nos hacemos en los cursos de Terapia Comunitria Integrativa. ¿De dónde viene mi fuerza? Cada uno, cada una, va respondiendo: mi fuerza viene de mi fe. Mi fuerza viene de mi familia. Mi fuerza viene de mis dolores.

Vamos respondiendo muchas veces, de maneras diferentes, ya que nuestra fuerza viene de diversos lugares. Nuestra fuerza tiene diversos orígenes. Cada uno sabe de donde viene su fuerza. Cuando yo me hago esta pregunta, me siento conectado. Enraizado. Siento el piso bajo mis pies.

Mi historia, mis caminos, mis luchas, mis valores, todo lo que me sostiene y me sustenta, se hace presente. Y cuando yo me siento sustentado, cuando siento el suelo bajo mis pies, me siento seguro. Cuando uno siente el piso, la tierra bajo sus pies, se siente seguro. Yo me siento seguro, pues la propia pregunta es mi fuerza.

Mi fuerza también viene de la pregunta. La pregunta en sí me fortalece. Yo soy fuerte porque tengo fuerza, y mis fuerzas vienen de distintos orígenes. Digo que la pregunta en sí me fortalece, pues ella me recuerda que yo soy fuerte. Yo sé que soy fuerte, yo lo recuerdo al preguntármelo. Cuando me pregunto de donde viene mi fuerza, me fortalezco.

domingo, 1 de fevereiro de 2015

Caminhando

Algumas vezes, temos a oportunidade de vivenciar uma dimensão da vida que é contínua, inextinguível. Isto pode acontecer em meio às nossas atividades diárias. De repente, é como si estivéssemos participando de algo que não tem fim, e que é infinitamente bom. Podemos experimentar isto como uma sensação de estarmos fazendo parte da totalidade da vida. De fato, somos uma parte de tudo que existe. Por tanto, até de um ponto de vista racional, esta sensação está justificada, corresponde com a realidade. É hora de irmos percebendo que tudo está integrado e que tudo está interconectado. Por tanto, na medida em que vamos vivendo de uma forma ajustada com a totalidade da vida, esta sensação poderá ir se tornando mais e mais frequente.
Ontem lembrei de duas pessoas bastante significativas na minha vida: Dom Antonio Fragoso, e o Pe. José Comblin. Isto ocorreu em quanto estava aguardando a minha esposa em uma loja no Shopping. Lembrei de Dom Fragoso e de Comblin, e percebi que não era a recordação que deles tenho tido em outras oportunidades. Desta vez, eu estava sentindo a presença deles dois comigo, a sua companhia. Sentia também a companhia de um outro amigo da caminhada cristã.
Hoje conversei por telefone com este amigo, e com um outro companheiro do grupo cristão. Na conversa com ambos, senti esta sensação de que estava falando. Uma sensação de unidade, de amorosidade. Uma presença de Deus no dia a dia. Muitas vezes tento — como acredito que todas as pessoas que buscam a Deus devam fazer — saber o que é que eu devo fazer.
Ao descrever estas operações ou ações, e estes sentimentos e sensações, acredito estar dando testemunho de experiências que vale a pena partilhar, na medida em que desta forma podemos ir nos reforçando mutuamente na caminhada em busca de um viver em sintonia com o divino.

Otra Mendoza, otra Argentina, otro yo

No sé si dará un artículo, o si serán solamente algunas reflexiones, unas anotaciones preliminares como para ir dándome cuenta de que todo cambió. Lo que quiero compartir aquí, es un hecho en el ámbito personal, que me está siendo dado experimentar a lo largo de las cada vez más prolongadas estadías en Mendoza, mi tierra natal. He venido volviendo, y seguiré volviendo, sin dejar sin embargo mi tierra de adopción, João Pessoa, Paraíba, Brasil. Ir y venir. Mi destino. El movimiento de la vida. Ir y venir e ir llegando cada vez más acá, cada vez más aquí, a esto que está aquí, el presente. Este presente en que está alguien allí y alguien aquí.

La hoja como lugar de encuentro. Esto de escribir como una forma de ir llegando. Como decía Julio Cortázar en “Después hay que llegar”. Llegar no se sabe bien a qué, pero llegar. De algún modo, me sigo sorprendiendo con el estar vivo. Me sigue sorprendiendo el estar haciendo parte de um mundo hecho de gente, plantas, agua, mar, montaña, todo lo que está aquí.

Esto me sigue sorprendiendo. Y me sorprende también que después de tantos años de haber venido a Mendoza como un visitante, casi furtivo, esta tierra mía siga teniendo por mí el afecto que la tierra tiene por sus hijos. Me siento un hijo de esta tierra, que tuve que dejar en 1977, a la cual sin embargo nunca dejé de volver a ver. Volvía como por una rendija.

Ciertamente con una mezcla de miedo y rabia, rencor. Las heridas uno las va procesando, y de pronto descubre que se hicieron flores. De donde mucho hemos sufrido, un día vemos que han brotado flores. Salió una flor. Y esa flor es uno mismo. Sos vos mismo o vos misma, que estás leyendo esto, y a quien sin duda deben haberle pasado muchas cosas dolorosas a lo largo de la vida.
Pero en todas estas idas y venidas, también fui viniendo yo mismo. Fui viendo que yo también estaba aquí, también estoy aquí. Me fui pero me quedé. Uno se va de sí mismo por muchos motivos. Por presiones sociales, por la violencia, una agresión. La dificultad de coexistir siendo de una forma que la gente rechaza o rechazó en alguna oportunidad.

Uno se aparta, se va, se aleja de sí mismo. Pero vuelve. Siempre se vuelve. No hay ida sin vuelta. No me refiero solamente a un regreso territorial, a un volver a vivir en un lugar. También es esto, pero lo es en un sentido primero, más bien dentro de uno mismo, en uno mismo. Adalberto Barreto lo describe muy bien en su artículo: “As dores da alma dos excluídos no Brasil”.

Una experiencia dolorosa nos aparta de nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo queda como que deshabitado, o habitado a medias. Pero de algún modo uno puede volver. En estos varios regresos, fui viendo que hay aquí otra Mendoza. Es otra Argentina. Una Mendoza y una Argentina que no descifro muy bien. Creo que en realidad mi país y mi tierra me fueron siempre bastante indescifrables.

Talvez porque mi mundo sea un mundo más pequeño, en cierta medida. Un mundo que me vi obligado a dejar a la fuerza. No solamente por lo ocurrido a partir de 1976, sino también por otros golpes anteriores y posteriores, en el ámbito íntimo. La violencia me visitó desde temprano, y me siguió acompañando después.

Mi mundo era y es, siempre fue y siempre será, un mundo imediato. El presente, lo que está aquí. Lo que puedo ver. Los rostros que puedo ver. Las expresiones que puedo ver. Las miradas que alcanzo a descifrar. Este es mi mundo. Un mundo pequeño, si se quiere. Pero es un mundo inmenso pues desde allí vislumbro y vivo la eternidad. Desde esta inmediatez, me sumerjo en la totalidad de la vida. Así fue y así será siempre, mientras viva. Por eso tengo la impresión de que si bien esta es otra Mendoza y otra Argentina, yo también soy otro y al mismo tiempo seguiré siendo siempre el mismo.