sábado, 20 de junho de 2009

Sobre lo eterno y lo efímero

Esta mañana pensaba en lo eterno y en lo perecedero. Aquello que es eterno vive en ti. En verdad, eres lo eterno metido en lo perecedero. Aquello en ti que es efímero, es lo circunstancial. Piensas en lo que no muere, aquellos seres que viven en ti, los seres que amas. Ellos no han muerto, viven en tu sentimiento, en tu evocación, aún en tus actos ellos están vivos. Y el dolor, lo que te aflige, lo que te angustia. Ello también existe pero de manera circunstancial. Esto es lo que pasa, aquello, lo que dura. Vives en lo eterno y lo efímero te remite a lo eterno, constantemente. Puedes vivir constantemente en lo eterno, si quieres. O en lo efímero, si prefieres. Yo prefiero vivir en lo eterno, pensó. Respiro y siento lo eterno, el aire que me comunica con todos los seres, con todo lo que existe, las plantas, los pájaros, el mar, el cielo, las personas que viven en otros países, los bosques que se extienden indefinidamente en todas las direcciones, las nieves eternas. La bandera flameando en el cielo en octubre de 1977. Jurabas la bandera con tus compañeros esquiadores de alta montaña. En realidad, jurabas a la Divina Madre, a Dios, a lo eterno. Uno y otro conviven continuamente. Lo que te hace sufrir pasa, o que te hace bien, lo que es bueno, lo que es noble, lo que es justo, es eterno, no es circunstancial. Elige lo eterno y serás feliz a pesar de los dolores pasajeros.

sexta-feira, 12 de junho de 2009

Hacia tí mismo

Esa tarde, tendría alguna dificultad en decir lo que pensaba, en expresar sus ideas y sentimientos. En vísperas de viajar, como que la realidad se agolpaba alrededor y dentro suyo, de un modo especial, singular. No había nada especial que quisiese decir, talvez ya hubiese dicho todo o casi todo. No lo sabía. Escuchaba el rumor de los autos en la calle, el ómnibus alejándose, y se alejó también del teclado, hacia sí mismo, el lugar de donde nunca había salido, de donde no volvería a salir más, hasta el final.

sábado, 6 de junho de 2009

La simple oración

Cuando oro y la cabeza se complica pensando qué oración debería decir, si la de San Francisco o la de Yogananda, la de Gandhi o la de Jesus, entonces paro y digo: Gracias. Gracias, Dios mío, Divina Madre, Jesus, vida. Gracias porque hoy, 6 de junio de 2009, estoy pudiendo caminar, estoy feliz con la vida y conmigo mismo, con el mundo alrededor, y una sensación de paz viene a mí.

sexta-feira, 5 de junho de 2009

Hoje eu vi uma barata hediondíssima.

Ela fugia pelo canto da parede, apavorada. Passara anos vivendo às minhas custas, das comidas que em casa encontrava. Olhei bem para ela. Seus olhos aterrorizados pareciam querer pedir compaixão. Não tive, não. Esmaguei o bicho nojento de um pisotão. Reparando bem na história do inseto repulsivo, percebi que fora uma baratinha loirinha, até bancando a engraçadinha, que conhecera lá nos distantes anos da minha juventude. Como ela engordara! Até parecia ter nos seus olhos animais, óculos de fundo de garrafa. Um pavor instantâneo se estampou no rosto imundo. Não tive pena, não. Plaf! Chau barata!

La mujer sabia, la mujer virtuosa, la felicidad del hombre bien casado (Sirácida, 26:1-4)

La mujer sabia, la mujer virtuosa, la felicidad del hombre bien casado. Y, por otro lado, la mujer mala. Una te hace feliz, estés donde estés, estás feliz. Tus días se multiplican al lado de una mujer sabia, virtuosa, justa. Dios me libre de la mujer mala, dice la Escritura. La mujer mala te enferma la vida, te da vuelta, te vuelve loco, y después explota tu locura para sacarte beneficios, te enajena de ti mismo, de tus hijos, de la vida, de tu familia, de todo lo que es honrado, noble, justo. Dios te libre, Dios me libre, Dios nos libre de la mujer mala. Bendita sea la buena mujer, la mujer sabia, la mujer justa, la mujer virtuosa. Bendita seas, buena mujer.

quarta-feira, 3 de junho de 2009

Reflexiones desordenadas sobre Teología, Teología da Libertação, vida.

Durante mucho tiempo, pensé que la teología fuera una especie de tentativa absurda de explicar Dios, lo sagrado, lo divino. ¿Cómo explicar lo inexplicable? Pensaba yo. ¿Cómo puede la razón humana siquiera hacer la tentativa de alcanzar a través de explicaciones, lo existente en sí, la realidad misma, todo lo que es? Dios, en vez de ser explicado o interpretado, es para ser vivido, así pensaba, y sigo pensando. Es como el amor, la vida. ¿Quién preferiría explicar la vida en vez de vivirla? O ¿quién preferiria una explicación sobre el amor, en vez del amor mismo? La teología no era eso, ni eso su pretensión, hoy constato. O talvez, el diccionario me corrige, sea eso, sí, la teología, pero no es a eso que quiero referirme aquí, al estudio racional de las cosas de Dios, sino a su experiencia, a su vivencia, y para esto, varios teólogos vienen en mi auxilio.

En vez de esta confusa introducción que debe ya haber llevado algunos lectores y lectora a pensar adónde esto nos va a llevar, debería haber empezado directamente, diciendo que a pesar de haber conocido y usado en sala de clases como en la vida, lecciones de teólogos como Alan Watts, Peter Berger, Rubem Alves, y de estar hoy integrándome más en la vida y en lo divino gracias a percepciones de teólogos como Leonardo Boff y Arno Kayser, la teología seguía pareciéndome una reflexión descolgada de la realidad.

Todavía no estoy diciendo lo que quiero decir, pero sigo intentando.

Teología de la libertação é uma coisa, e teologia outra. Será por aí? Não sei, não estou achando o fio da meada. Toda teologia liberta, se penso em Vivekananda, Ramakrishna, Gandhi, Jesus. Mas seria teologia ou experiência de vida?

Penso em Ivone Gebara e seu texto sobre o cisma na Igreja. Comblin e seus insights sobe a vida atual, os valores cotidianos na sociedade permeada pelo capital, pela dominação. Liberta. Respira-se melhor. Isto é teologia, o que nos mostra e nos faz sentir, que somos parte, como Kayser diz, inextricável do universo. Uma suspeita que quando criança temos, poetas confirmam, sabemos, e é verdade. È isso aí mesmo, tudo está entrelaçado, e não há quem possa desfazer esta certeza. Bom dia.

terça-feira, 2 de junho de 2009

Era el mes de junio

Era el mes de junio. Los recuerdos volvían, no dejaban de volver. De pronto, estabas en la Policía Federal en Buenos Aires. Junio de 1978. Pasaportes observados. Una escalera a lo que, después sabrías, era un chupadero. Entonces, no lo sabías. Sabías, sin embargo, que había algo raro, que subiendo esa escalera podrías no volver. La muerte esperaba allá arriba. Tu novia te toca la pierna y despiertas. Estás en João Pessoa, 2009. 2 de junio de 2009. Volverás a Buenos Aires en otra Argentina y la misma. No ha cambiado y ha cambiado, como vos cambiás, como todo cambia, siempre. No habrá nadie esperándote o pidiendo informaciones a tu respecto. Talvez aquél policía de 1978 que te dejó ir, ande por ahí de civil, talvez sea uno de esos transeúntes de la calle Florida o de Nazca y Gaona, donde ibas de chico a tomar helados con Celia y Mónica. No volverás a ser uno entre los tantos que, en aquél entonces o ahora, temen por su vida. Tu vida no es tuya. Mirá los pasajeros del Airbus de Air France. Nadie sabe cuándo será la hora, ni cómo será. Al menos sabes, tu fe te lo dice, te lo dice la vida misma, que más allá del instante final, hay algo maravilloso. Tomarás tu avión con tu esposa y llegarás a Ezeiza. Retiro. Mendoza. Paysandú carrera mar. Milico, no lo veo, no lo veo. Póngase anteojos, mi cabo. Es esto.