sexta-feira, 31 de dezembro de 2010

Integración

Con el pasar del tiempo, todo va teniendo un sabor de recuerdo, de evocación: miras las calles y las plantas, los edificios y la gente, las flores y las nubes en el cielo, y de tanto haber visto ya nubes en el cielo y plantas y calles y veredas y gente y tiempo, todo es ya como que una recordación y tú, sutilizado, cada vez más parte del paisaje.

terça-feira, 28 de dezembro de 2010

Resúmen

A veces quisieras escribir tu mejor escrito, como si hubiera un escrito final, uno que resumiera todos tus pasos, todo tu vivir, lo que fue cada momento, cada instante, cada segundo. Como si pudieras, en un único renglón o en una única hoja, resumir lo que fue y lo que está siendo, lo que ha sido y lo que será toda tu vida. Un escrito que dijera todo lo que fuiste y lo que eres, tus sueños y tus deseos, tus logros y tus errores, tus victorias y tus fracasos. Un escrito que alguien pudiera mirar y dijera, sí, son ellos, o fue él, o, sí, yo lo conocí, yo estuve con él en un café y conversamos, supe algunas cosas, oí alguna de sus canciones, ví unos cuadros suyos, fui su amigo, o al menos, conocí algo de ese ser que está aquí, ahora, que es estas líneas, estos trazos, este rostro, esta cara que me mira desde el fondo de un espejo.

Sueñas con ese escrito, ese texto que es una sola letra de muchas letras, que juegan entre sí, como un calidoscopio que refleja lo que sos, lo que fuiste, lo que podrías ser y no fuiste, tus viajes, tus recuerdos, tus trabajos, tus trajines, los caminos por donde anduviste, las mujeres que amaste o admiraste, las flores que viste en los jardines o en los campos, los lagos y los mares, las lluvias, las nubes en el cielo mientras el sol, mientras la luna. Tus juegos de niño, las noches oscuras, el miedo que empezó a iluminarse cuando la conociste a ella y empezaste a juntar tus pedazos, empezaste a ser uno solo otra vez, este que esta noche escribe estas cosas como un juego, como un niño que apenas trata de decir lo que siente, lo que la vida fue haciendo con él y él con la vida.

Sobre la crítica

“Siempre fue más fácil criticar”, leía, ayer, en Linhas Tortas, de Graciliano Ramos. De hecho, esto es verdad, y no me parece que haya que detenerse mucho en su contenido, para enfatizar la diferencia que existe entre una postura de crítica y otra u otras que no se detienen en lo que está mal, en lo que no nos gusta, en lo que no sirve, en lo que es malo. Esto, que puede parecer una perogrullada, no lo es. No lo es, y voy a decir por qué. La crítica esconde algún tipo de cobardía, un cierto tipo de desprecio por el otro o por los otros, por algo que no se coaduna con nuestra forma de pensar o de ver el mundo. No estamos de acuerdo y lo decimos, esto es la crítica. Yo sé que hay un enorme número de personas que irá a decir, pues lo dice todos los días, que hay que decir lo que está mal, que no hacerlo es conformismo. He oído decir esto desde que era joven, hace ya mucho tiempo. Sin embargo, ya en aquél tiempo, como también hoy, sigo creyendo que la crítica es un poco el lugar del cómodo, del que prefiere no hacer nada y creer que hace algo al decir lo que los demás no hacen o hacen mal. Si mirás los diarios o la televisión, verás un desfile de descripciones de lo que está mal en el mundo, en la ciudad, en la nación, en la vida de no sé quién. No es que esté mal en sí mismo decir lo que está mal, no me entiendas mal. Es que la mera actitud crítica, nunca hizo ni hará nada, nunca hace nada, y se cree lo más importante del mundo. Creerás rebatir este argumento diciendo que Marx, que Kant, que Paulo Freire, fueron críticos y construyeron, fundamentaron nuevas formas de ser, hacer, pensar y sentir a partir de la crítica. Yo te diré que en ellos la crítica fue necesaria pues estaban construyendo una nueva visión de mundo, y era necesario destruír lo viejo. Jesus hizo lo mismo. Pero en ninguno de estos casos, lo fundamental fue la crítica, sino el sentimiento de que había que construír algo nuevo. Esto es lo fundamental. La crítica puede haber sido, en estos casos, importante, pero como medio, nunca como fin. No es lo que se ve en el negativismo de cierto criticismo criticón muy de moda, tan estéril como cómodo, pasivo, meramente destructivo, que se complace en señalar lo que no está bien, lo que está mal, lo que hay que cambiar. ¡Pero no cambia nada!

segunda-feira, 27 de dezembro de 2010

Realidad

A veces los libros, piensa en los libros, en los libros que hay en varias partes de la casa. Pero no piensa pensando, como alguien podría estar acostumbrado a pensar. Piensa sintiendo. Siente los libros, los climas, las historias. Vagamente los autores y sus ambientes se le hacen presentes. Esta tarde, por ejemplo, se rodeó de un libro de Edgar Allan Poe, otro de Jorge Luis Borges, uno de Fernando Pessoa, otro de Graciliano Ramos y uno, por fin, de Carlos Fuentes. Leyó algunos poemas de Fernando Pessoa, lo suficiente como para recordar algunas de las cosas que Fernando Pessoa le recuerda. Leyó la "Composición escrita en un ejemplar de la gesta de Beowulf", de Jorge Luis Borges. El comienzo de "La muerte de Artemio Cruz," de Carlos Fuentes. Hojeó algunas líneas de Eleonora, de Edgar Allan Poe, en Historias Extraordinarias. Y se puso a ler el primer escrito de "Linhas tortas", de Graciliano Ramos. Se rió con Fernando Pessoa y con Graciliano Ramos. Disfrutó del alejarse de un presente demasiado presente, de un aquí y ahora demasiado aquí y ahora. De algún modo, había estado necesitando volver a tenerse sin rótulos, del modo simple como alguien puede ser simplemente la persona que es. Y se lo debe a estos y otros libros. A la convivencia con escritos y escritores. Al hecho de poder, gracias a los libros, olvidarse, pues es necesario olvidarse, de un tal aquí y ahora demasiado exigente.

Soy feliz

Hoy me levanté decidido a ser feliz. Soy feliz. No empezaré con disquisiciones sobre lo que es la felicidad. Soy feliz y eso es todo. Soy feliz y eso basta. Soy feliz porque quiero, porque me gusta, porque me hace bien y ya está. Ayer ví a Carlos Fuentes, el escritor mexicano, dando una entrevista en la televisión. Mucha información y poco significado, decía. Contaría tantas cosas, hay siempre tantas cosas para contar.

sábado, 25 de dezembro de 2010

Repercutiendo

Es un sábado a la noche, como tantos sábados. Anduviste por la beira mar mirando la gente y el paisaje. Las luces de las balsas sobre el mar, el barranco de Cabo Branco. El jardín regado. Las plantas mojadas. La tarde que se iba yendo mientras ibas viniendo. Miraste los libros en la biblioteca. Tantos libros. Hojeas uno de Khalil Gibran. Lo dejas. Tantos libros. ¿Cuántos habrías leído en tu vida? Niño. Tu conciencia de niño, o una de las conciencias que tuviste cuando niño. Pensabas esto mientras salías de casa. Volver a ser niño. Volver al niño que sos. Paz. Te da paz pensar en esto. No sabes si sabes en verdad, verdaderamente, cómo eras cuando niño. Lo sabes sin saber. Es de esas cosas que uno sabe sin saber que sabe. Recuerdas las flores del jardín esta tarde. Los colores violeta, rojo, amarillo, naranja. El pasto mojado. La gente pasando por la calle en dirección al mar o volviendo del mar, ese antiguo ser. Borges. “Dios, que salva el metal, salva la escoria, y cifra en Su profética memoria las lunas que serán y las que han sido”. “Hay en el sur más de un portón gastado, con sus jarrones de mampostería y tunas, que a mi paso está vedado como si fuera una litografía”. Límites. Everness. Puedes elegir lo que recuerdas, pero recuerdas todo. Hay cosas que te hace bien recordar, y otras no. No las has de olvidar, pero puedes elegir qué hacer cuando vienen esos recuerdos que no quieres, que te hacen mal, que entristecen tu alma. “No hay discurso del método, hermano, todos los mapas mienten menos el del corazón”. Cortázar. Recuerdas la charla con ella anoche, y esta mañana, o esta tarde, no recuerdas. Estos días de fin de año, es como si el tiempo se hiciera un poco extraño, como si el tiempo se resumiera, como si esta Navidad fuera todas las navidades, pero sin un tono de tristeza. Como si la vida se hubiera resumido, como si todo fuera una alusión, un recuerdo, una reverberación. Todo es un eco. Todo repercute, y tú repercutes en el todo.

sexta-feira, 24 de dezembro de 2010

Conocimiento

Hay una cierta edad en la cual la brevedad ya no es una conjetura sino una certeza. El tiempo es muy precioso cuando es muy poco.

domingo, 19 de dezembro de 2010

Un solo país

Hay una Argentina de cuando estoy afuera y otra de cuando estoy allá. Pero ¿cuándo uno está fuera de su país, si el país es uno mismo? Esto es cierto, pero me refiero al país externo, ese que está fuera de uno, la ciudad de Buenos Aires o Mendoza, los aeropuertos de El Plumerillo o Ezeiza, el ómnibus de Tienda León, las veredas y los taxis, los bares y los kioskos, restaurantes, el país de afuera. Cuando estoy de afuera, el país de afuera está adentro, es un recuerdo. Cuando estoy adentro, no me acuerdo de que hay un país de afuera y el país me parece el mismo país que dejé hace ya tantos años. Un país de historias en los libros, de sueños de un día tornarse un país. Si hay dos Argentinas o talvez más, parece un juego, pero es verdad. Hay veces que sé bien clarito en la cabeza, que son dos países distintos, y me río de mí mismo por ser tan crítico de un país de tiros y balas, de policía y ejército en la vida de cada uno. De iglesia y balcón de la Casa Rosada, de la casa de Gobierno. Pero hay otro país que he recordado mucho en estos días pasados. Un país sin generales ni tortura ni desparecidos, ni crímenes contra la humanidad. Una Argentina, un país de chico, de acequias y barquitos. De parras y montaña. Últimamente, te cuento que este país está más que el otro. Es un país de niño, de patio con malvones y juegos en el piso. Los juegos en la vereda, los vecinos, el verdulero italiano y el gallego del almacén. Cada vez más este país, menos el otro. Cada vez más una Argentina, una Mendoza, muy chiquitos. Me veo en ellos o soy ellos. Un solo país.

¿Qué hacer?

¿Qué hacer un día como este, en que ya anduviste por la playa, nadaste, hiciste gimnasia al borde del mar, seguiste a una bella mujer, volviste a tu casa a nadar, a ver la flores, a ver qué harías un día como éste, en que los pajaritos cantan, en que el pasado viene en olas y miras esta bella mujer que está aquí contigo, dentro tuyo, todo el tiempo?

sábado, 18 de dezembro de 2010

Buen día

Esa mañana se había levantado renovado. Recordaba la noche anterior. Aquellas mujeres bellísimas. Pero no es eso lo que deseas relatar ahora. Ahora los pájaros cantan en el día que comienza. El aire de lluvia, mojado, aquel olor característico. Un sueño muy antiguo está más cerca. Te sientes libre. Te sientes bien. Sales a caminar. Tanta vida, tanta paz.

quinta-feira, 16 de dezembro de 2010

Naturaleza

Esa tarde, finalmente se dio cuenta de que aquella extrañeza era su propia naturaleza, no porque la buscara, pero porque era su propia manera de ser. Entonces sintió un alivio profundo. La perplejidad que durante tantos años lo acompañara, a respecto de sí mismo, daba lugar a una sensación de comprensión, de integración, de paz.

domingo, 5 de dezembro de 2010

Autonomía

Ese día te habías levantado con la firme determinación de ser tú mismo, de no importarte con el qué dirán. Quieres ser tu propio universo, tu propio país, alegría, paz, amor. Ser vos mismo, el que siempre habías sido. Te levantaste temprano y ahora anotas estas cosas que te guiarán durante el día. Alegría. Autonomía, independencia, paz.

sexta-feira, 3 de dezembro de 2010

El hombre eterno

El hombre eterno andaba por las calles. Era todos los seres humanos del mundo. Iba hacia todas las direcciones y venía desde los confines del universo. Era todo lo que es, lo que fue, lo que será. Lo veías andar por las calles y no podías olvidar su rostro. Reunía en sí todo lo que es el ser humano. El hombre eterno.