Você
pode ser quem você é. Você pode estar aqui, presente.
Dias atrás,
e agora, estas palavras tem vindo à minha mente com força. Você
pode ser quem você é. Você já pensou nisso? Você não precisa se
tornar outra pessoa, você pode ser a pessoa que você é. Isto
parece absurdo, ou uma obviedade, mas não o é.
A maior parte de
nós, desde pequeno, aprende a se distorcer para agradar, aprende a
negar a si próprio, para ser aceito ou aceita. A vida vai indo, o
tempo vai passando, e as distintas circunstâncias, as sucessivas
adaptações, vão nos distanciando tanto do ser que somos, que em
algum momento, podemos não saber mais quem somos.
A cultura, a
sociedade, vão pressionando no sentido da des-personalização. Mas
essas mesmas cultura e sociedade, também criam, simultâneamente,
mecanismos de recuperação da pessoa humana. Mecanismos que trazem a
pessoa de volta para ela mesma.
Melhor dizendo, esses mecanismos,
criam possibilidades concretas para que a pessoa possa novamente ser
quem ela é. A pessoa encontra espaços em que é aceita, em que ela
não precisa se negar para ser admitida no meio das outras pessoas.
A
Terapia Comunitária Integrativa é um desses espaços, é um desses
mecanismos que estimulam o auto-reconhecimento e a auto-aceitação
da pessoa tal qual ela é. Eu comecei a contatar a TCI em 2004,
quando ela chegou em João Pessoa, no conjunto dos Ambulantes, em
Mangabeira.
E, a partir desse momento, não pude mais deixar de
seguir na trilha do auto-conhecimento e da auto-aceitação. Este
caminho é contínuo. Eu me via no meio de pessoas simples, pobres
materialmente, mas ricas humanamente. Elas tinham uma alegria de
viver.
Eu via elas cada vez mais alegres, mais contentes consigo
próprias, mais motivadas para viver uma vida mais autêntica. Isto
ia me contagiando. Também ganhei coragem, e trouxe para a roda as
dores e dificuldades que me atormentavam.
Ao invés de explicações
e interpretações ou conselhos, encontrei acolhimento e compreensão,
simpatia e apoio. Tinha passado durante anos por diversos tipos de
terapias, e cada vez estava mais longe de mim mesmo, afundado cada
mais no estranhamento e na depressão.
Comecei a voltar, fiz a minha
formação em TCI, e comecei a colaborar em formações em TCI e em
sensibilizações, acompanhando também cursos de Cuidando do
Cuidador. Incorporei-me à rede da TCI.
Hoje posso dizer que para
mim, a mensagem essencial e mais efetiva da TCI para a pessoa que
está em busca dela mesma é: você pode ser. Você pode ser você
mesmo, exatamente do jeito que você é. E esta mensagem chega a você
de maneira ao mesmo tempo compreensiva, racional, lógica, e
vivencial, emocional, experimental.
sábado, 31 de outubro de 2015
sexta-feira, 30 de outubro de 2015
Integración
Recién se me
ocurrió pensar en cuánta gente querida ya pasó por mi vida. Ya se
fueron de esta forma física de existencia. Se fueron, pero no
murieron. Son muchas personas. Familiares, amigos y amigas.
Conocidos.
Me dio como una especie de vértigo. Mucha gente querida,
realmente. Se fueron pero no murieron. ¿Por
qué? Porque las llevo en mi sentimiento. Viven en mi corazón. Algo
de ellas sobrevive en mí, y hace que yo sea una persona mejor.
Algo
de ellas ha quedado en mí. Algo de todos y todas ustedes se ha
quedado en mí, y me enraíza en un aspecto más tenue de la
realidad. Mis raíces son más hondas y extensas hoy que ayer.
segunda-feira, 26 de outubro de 2015
Enraizamiento
Hay unos días en que uno cree que podría llegar a querer escribir algo. No sabe muy bien qué. Alguna sensación que te anda rondando. Como de enraizamiento, pero también de acogimiento, que se le parece. De pronto sentirte a gusto en tu tierra. Saber que la vida te lleva de un lado a otro. Peregrinación. Oración. Misiones. Amor. Sentimientos. Compartir. Todo se mezcla dentro de tí. Gira y da más vueltas. Pero es también una fructificación y un florecimiento. Ciertamente que esto es fruto de toda una red en la que uno se ha venido plantando con el pasar de los años. Y ahora esa red de la Terapia Comunitaria Integrativa, mi gran familia, está floreciendo en Mendoza. Los primeros brotes ya se ven en esta primavera invernal. Uno se ve centrado en el amor. Descansa en el amor. Un amor que anda, que camina. Que va de un lado al otro. Como las hormigas. Y medio sin darte cuenta, pero sí, dándote cuenta, ves que está ahí. Está aquí. Es esto. Agradezco. De corazón, agradezco. A tanta gente que ha puesto lo suyo para que esto se venga dando. Para que se venga realizando este sueño de ya tantos años. Daría nombres. Tal vez sería lo correcto. Pero muchas son personas públicas, y podría dársele otro sentido a estas palabras. Llevo a estas personas en mi corazón, pues fue gracias a sus esfuerzos y a su empeño, que ese sueño se está realizando en Mendoza.
domingo, 25 de outubro de 2015
Caminando
Yo recuerdo con frecuencia unas palabras del Padre José Comblin, sobre el mensaje de Jesús. Decía él, que el mensaje de Jesús es simple, pero que esta simplicidad está para nosotros como la ciudad en la cumbre de la montaña: nos movemos como si fuéramos a alcanzarla, sabiendo que tal vez nunca lleguemos allá.
Muchas veces me sucede que, al reflexionar o meditar sobre alguna de las palabras de Jesús, o sobre Jesús en sí mismo, experimento un gran bienestar. La sensación de que me envuelve, o está dentro mío, un amor sin límites, que estuvo conmigo desde el comienzo de mi vida.
Escribo esto y lo comparto, con toda tranquilidad, pues estoy convencido de que cuando lo hago, no estoy practicando algo que pueda de ninguna manera interpretarse como orgullo o vanidad. Más vale me mueve el sentimiento de que el bien que experimento, al compartirlo, se multiplicará.
Hace unos días, recordaba lo que Jesús dice sobre el hacernos niños. Hay una parte nuestra que vive en esa dimensión original. Inocencia. Pureza. Una alegría muy especial, que es lo que sentimos en nuestros primeros años de vida.
Así me ocurre con diversos pasajes de los Evangelios. Los lirios del campo. El pan de vida. La vida eterna. El Reino de Dios. Lo de que no se puede servir a dos señores.
Hoy me viene de compartir estas cosas simples, que vengo experimentando. Tengo certeza de que muchas personas que lean esta breve anotación, también tendrán experiencias para compartir.
terça-feira, 20 de outubro de 2015
El libro que no quiero terminar
Lo voy componiendo, pensando que un día me gustaría
verlo impreso. Publicado.
Pero me doy cuenta de que en realidad lo
que me gusta es irlo haciendo. Ir juntando los textos que tal vez
podrían llegar a formar parte del libro final. Pero al final, el
libro está siempre un poco más allá, y esto me gusta.
Es como si
lo que a mí me agradara, en realidad, es ir llegando casi hasta el
final, y ver que no hay final, finalmente.
quinta-feira, 15 de outubro de 2015
Presencia
Poner unas letras en la hoja y sentir la sensación exacta de
estar donde uno debe estar. Respirar hondo por esto. Sentir que los pájaros
cantan de manera tenue en este final de tarde. Recordar la caminata por el
parque esta mañana. La ida a la universidad a la tarde. El parque otra vez. Y en
el medio, muchas veces, la sensación que me proporciona el estar vivo, de
maneras diferentes pero las mismas. Saber que soy ese que anda por ahí y de pronto
se alegra por ser como es, ni más ni menos. A veces me da un vértigo, tanta
vida pasada, y ahora aquí. En tantos momentos del día, experimentar la
perpejidad y el asombro de andar por ahí, caminando o en auto, y cada momento
como que evoca y reúne a todos los momentos pasados. El tiempo se compacta.
Tiempos que parecía que durarían para siempre se terminaron. Hoy es otro tiempo.
Muchas veces me sorprendo como si fuera una planta que volvió a la tierra. Y
esta tierra mía, mi tierra natal, me reconoce y la reconozco. Esto me pasó esta
tarde, y me viene pasando en distintas oportunidades. Reconocimiento.
Reencuentro. Es una sensación buena y muy placentera. Como si estuviera volviendo
a un tiempo en que no eran tan necesarias las palabras. Explicar. Decir por
qué. Bastaba vivir, estar, ser. Todo era más simple. Tiempo infantil.
Caminando
Esta mañana fui a
dar una vuelta por el parque. Esto tiene siempre algo de encantador.
Sumergirme en el tiempo. La avenida de las palmeras, ya añosas, con
sus troncos como tallados en el tiempo y sus hojas que parecen
impresas en el aire. La gente haciendo ejercicios o caminando,
corriendo, paseando. La fuente de los cinco continentes, una belleza.
Y las avenidas cubiertas por las copas de los árboles deshojados,
dibujando pulmones en el cielo. Los bosquecillos que uno descubre,
como si nunca antes los hubiera visto. Las acequias cantando,
llevando el agua a todas partes. Y las flores. Las coronas de novia,
blancas. Las acacias blancas. Al volver, por calles que también
tienen sus historias, malvones rosados y rojos.
terça-feira, 13 de outubro de 2015
Presente
A veces se acumulan algunas impresiones, que en un cierto
momento dejamos bajar al papel, a la tela, lienzo, bastidor, o como quieras
llamarle. Un cuadro de Van Gogh: flores en un jarro. Otras flores, estas en un florero
de vidrio transparente, en la mesa del comedor. Los distintos encuentros de
estos días en Mendoza. Otra historia se viene construyendo. Vengo construyendo otra
historia. Hay algo que ha quedado intacto. Hay un pasado que de pronto va pasando,
de verdad. Un pasado que está pasando de hecho a su condición de pasado,
dejando lugar al presente. Yo no necesito evocar constantemente aquello que
duele. De todos modos, siempre algo o alquien me lo recuerda. El mero hecho de
poder andar por las calles con tranquilidad, sin miedo, me recuerda lo que ya
no está. Lo que se fue, y que no vuelva más. Cuando vienen esos sentimientos, da
tristeza. Y me veo obligado a mirar hacia esas fisuras. Esas grietas que han
quedado. La vida va dejando huellas. Cicatrices que siguen doliendo, pero que
van cambiando de significado. Me gustó leer en el diario de hoy, que unos
artistas, músicos, cantores, están por hacer una presentación en recuerdo de
los desaparecidos de Mendoza. Valorizar la vida en democracia. Valorizar la
vida. Valorizar la democracia. Encontrar la gente en la calle, y recibir esa
gentileza con que muchas veces nos tratamos los humanos. Poder vibrar en esa
frecuencia apenas perceptible. Saber que hay algo perenne, algo que no muere,
que sobrevive a todas las catástrofes. Aprender que es muy bueno en la vida,
aprender a compartir. Saber que por sobre todas las cosas, es el hacer juntos,
lo que nos humaniza. Darme cuenta, después de tantos años, que mi sueño de
joven se está cumpliendo en mi vida. Y ver los árboles en primavera. El tejido tenue
del follaje verde que cubre la ciudad como un tul. Y más allá la cordillera
toda nevada. Y los cantos que nos esperan más allá de las fronteras, adonde la
vista alcanza. Caminando por muchos países de América Latina, construyendo y
reforzando vínculos solidarios. Descubrir que de pronto la eternidad es esto.
Es el presente. Esto que está aquí. El único tiempo que nos es dado vivir.
domingo, 11 de outubro de 2015
Pasando
Juntando todos estos pedacitos de tiempo va pasando el tiempo.
Voy pasando, tiempo, a tiempo de ir ya viendo cuánto tiempo todavía me queda,
de juntar pedazos de tiempo. De pronto me divierte y me admira ver cuánta vida
ya pasó. Cuánta vida está pasando. Cuánta vida pasa, vida. ¡Cuánta pasó y
cuánta pasa! Y así mientras vida y tiempo pasan, yo, que soy tiempo y vida, paso
y no paso. Paso y me quedo. A cada paso, un pasito más hacia la integración.
quarta-feira, 7 de outubro de 2015
Mirando hacia adentro
Esta mañana me pasó
que, como muchas otras veces, estaba metido en un debate conmigo
mismo, acerca de qué es lo que debería hacer. Pensaba las varias
cosas que podría tener que hacer. Obligaciones. Esto me angustiaba.
Entonces cambié la mirada. Ví hacia adentro, un adentro que incluye
el afuera. Me calmé de inmediato. Ví la continuidad de todo.
Adentro mío: amarillo y rojo. Esto me aquietó totalmente. No
importa lo que vaya a hacer. No importa si lo hago o no. Importa que
estoy en calma. Escuché el canto de los pajaritos, y esto me alegró.
No necesito interpretar ni explicar el canto de los pájaros, ni por
qué me alegra. Me alegra. Pensé que podría ir al parque o al
gimnasio. O que me ocuparía de la obra social. No hice nada de eso.
Escribo, que no lo había planeado.
Assinar:
Postagens (Atom)