Uno puede ser menos duro consigo mismo. Puedo tratarme mejor,
internamente. No necesito ser tan exigente, ni usar palabras duras.
Puedo tratarme mejor. Esta mañana pensaba, en el gimnasio, que
muchas veces creo ser muy duro conmigo mismo. En vez de decir:
“acostumbro a ser muy duro conmigo mismo”, puedo decir: “a
veces ocurre que me trato con excesiva dureza.” Esto establece un
espacio. Hay una posibilidad de que las cosas sean distintas. Puedo
haberme acostumbrado a ser muy exigente conmigo mismo, en función de
presiones sociales. Los hombres son duros. Los hombres no lloran.
Pero si me escucho, si converso conmigo mismo, si me escucho sin el
afán de imponerme nada, puede haber una posibilidad. Pedo dejar de
tratarme con violencia o agresividad, y simplemente escucharme.
Entonces entro en contato conmigo mismo. Puedo darme cuenta de que en
virtud de circunstancias de mi vida, me ví obligado a tener que
desempeñarme con máxima eficiencia, para ser aceptado. Hoy ya no
necesito tratarme con tanta exigencia. Puedo relacionarme conmigo
mismo en mejores términos. Puedo entender que soy humano, y no una
máquina de alcanzar metas y obtener triunfos o realizaciones.
Muy ciertas tus palabras, me encantaron, por una vida mas tenue!!!!
ResponderExcluir