quinta-feira, 16 de dezembro de 2010

Naturaleza

Esa tarde, finalmente se dio cuenta de que aquella extrañeza era su propia naturaleza, no porque la buscara, pero porque era su propia manera de ser. Entonces sintió un alivio profundo. La perplejidad que durante tantos años lo acompañara, a respecto de sí mismo, daba lugar a una sensación de comprensión, de integración, de paz.

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