domingo, 10 de abril de 2011

El camino, ensayos sobre el seguimiento de Jesus, por José Comblin (conclusión)

"Jesús no vino a destruir a la religión, sino a llevarla a su perfección. Esta perfección está más allá de la religión. Ésta necesita ser reorientada constantemente para transformarse en preparación para la vida cristiana y no ser un fin en sí misma –lo que es una tentación permanente, aún que inconsciente. La vida que Jesús vino a enseñar es muy simple. Pero esa simplicidad es, para nosotros, la ciudad puesta en la cumbre de la montaña, de la cual nos acercamos sin nunca poder alcanzarla, pero con la esperanza de que finalmente un día la alcancemos, después del actual caminar. Aquí en la tierra la vida es un permanente combate entre el amor y la resistencia al amor –que es el pecado. Esto nos muestra la necesidad de que la religión esté en permanente cambio, para que se transforme en ayuda y no en obstáculo para el crecimiento de la vida. El mensaje de Jesús es siempre el mismo, pero la religión varía de acuerdo con la variación de las culturas.

La salvación es el amor. Quien ama está a salvo y ya pasó de la muerte a la vida. La muerte física no lo cambiará. Lo que era en su vida terrestre amor, permanece para siempre. La única realidad de este mundo que permanece para la eternidad es el amor."

José Comblin, El camino: ensayos sobre el seguimiento de Jesús. Traducción de Rolando Lazarte. (São Paulo: Editora Paulus, 2004), p. 227

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