quarta-feira, 24 de abril de 2013

Tiempo

Un día de lluvia. Llueve en la ciudad y las calles. Ves las veredas mojadas y la gente tratando de evitar el agua que cae. El asfalto mojado, los árboles brillando, lustrosas sus hojas. Recuerdas los caminos recorridos esta mañana. El levantarte, pues los caminos comienzan aún antes de que uno salga de la cama. Caminos internos. Las primeras voces internas. Los recuerdos del día de ayer. La revista leída, sobre la poesía y los afectos. La ida al restaurante al final de la playa. La noche, las luces de ayer. Ayer y hoy en un día de lluvia se mezclan, como el cielo y el mar muchas veces a la noche también, que no sabes donde termina uno y donde comienza el otro. De a poco las fronteras se van borrando y el pasado de presenta como presente, o ves el presente y el pasado unificados, uno continuando el otro, sin rupturas, sin cortes, sin ese escalón que de pronto podría haber entre uno y otro. Todo es esto y esto es todo. Llueve en la ciudad y los recuerdos.

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