domingo, 14 de abril de 2013

Vida literaria

De tanto irse al mundo literario, de tanto evadirse hacia esas regiones crepusculares en las cuales encontraba refugio para sus sentidos ávidos de las sensaciones que solamente pueden obtenerse en esos mundos fantásticos pero reales, empezó a ver que se había procesado en su vida el movimento contrario, o sea, que en verdad estaba ya vivendo en el mundo literario, o, mejor dicho, en los mundos literarios a los cuales se había ido acostumbrando a lo largo de toda su vida. Este descubrimiento lo alegró, pues sabía que nunca más estaría preso en las cárceles de ese cotidiano desencantado, de esos mundos fríos y huecos a los cuales nunca podría habituarse. Toda su vida era, es, vida literaria. La casa donde vivía, estaba hecha de cuartos de ficción, retirados o más bien transportados desde los cuentos de los cuales fuera habitante. Ahora el acá y el allá eran un solo y único mundo. Los pasillos del lugar donde vivía, estaban impregnados de las imágenes fantásticas que poblaban sus sueños. Nunca más aquella aridez dolorosa e hiriente de los llamados mundos objetivos. El balcón era el de un poema muy querido, tantas veces escuchado en la voz querida de su madre, de sus abuelas, de su padre tan querido. Las ventanas estaban adornadas de flores que también le llegaran de poemas oriundos de lecturas que hiciera hacía ya muchísimo tiempo, en la casa de sus queridos hermanos. La mesa de la sala, era una transposición de mesas que conociera en las casas de sus abuelos y de sus tíos queridos. En la sala, cristaleras que evocaban aquella mágica casa misteriosa de San Genaro. La casa de la calle San Lorenzo, plena de tesoros y encantos. El patio, eran todos los patios. Los de su infância, otros que conociera en sus numerosísimos viajes por los interiores de tantos lugares. Las paredes, tenían resonancias de las primeras que viera en su vida, paredes de barro, cubiertas por cal. Los jardines, eran transpuestos de todos los que viera a lo largo de su vida. Los libros, entonces, los libros eran casi su propia vida encuadernada. Cada libro era un mundo, es un mundo, son muchos mundos, son todos los lugares a los cuales llegara en sus infinitas incursiones por los mundos de la liteartura, la poesia, la mística, la religión, la ciencia.

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