sexta-feira, 8 de agosto de 2014

Ubicación en el presente

Tenía que encontrar mi lugar, un lugar en el presente. No se puede vivir eternamente fuera de lugar. Esto puede habernos pasado durante mucho tiempo, pero finalmente todos y todas necesitamos estar en el lugar que nos pertenece. El lugar al que pertenecemos, el lugar donde podemos ser nosotros mismos. No se necesitan muchas palabras para describir esta tarea por la cual vale la pena haber nacido. Nadie nació para ser otra persona que la que es. Podemos haber pasado años fuera de nosotros mismos, haciendo el esfuerzo vano y doloroso por parecer lo que no éramos -- este es el peor de los exilios--, pero llega un momento e que no nos queda otra alternativa que la de tratar de ser el ser que somos. Esta no es una tarea fácil pero tampoco tan difícil. Al final, es como si necesitáramos dejarnos venir, dejarnos llegar. Hemos pasado mucho tiempo tratando ser quien no éramos. Tal vez esto nos fue impuesto por necesidades de sobrevivencia o de coexistencia social. Pero el ser no puede ser negado indefinidamente. En algún momento, necesitamos respirar, venir a la superficie. La propia naturaleza nos estará ayudando en este movimiento, pues el movimiento de la vida es hacia el ser, hacia la autenticidad, hacia la realidad. Hay veces que es la dificultad, el dolor, lo que nos ayuda a ser quien somos, nos despega las máscaras que se nos habían pegado a la piel y al rostro, y las máscaras caen. Pero otras veces es el amor quien nos da la mano para que vengamos al aquí y ahora, para que lleguemos al presente, para que finamente vengamos a ser y a existir como la persona única que cada uno de nosotros es.

Nenhum comentário:

Postar um comentário