Pongo una letra sobre la hoja a ver si empiezo a existir. Siento
el sabor del mate en la tarde calurosa. La compañía de las hojas de mi próximo
libro. El recuerdo de esta mañana: la sensación de placer y placidez al andar
por las avenidas de João Pessoa. El sentirme parte de esta historia y de este
lugar. ¡Tantos recuerdos en cada lugar! ¡Tanta gente conocida! Amistades.
Sueños. Proyectos. Encuentros y desencuentros. Flores y mujeres. Belleza. El
mar. Ese mosaico infinito, ese tejido tenue que todo lo contiene, que une todo.
Esa luz amarilla que está por todas partes, aún de noche, sosteniendo todo y
juntando todo, haciendo del tiempo un solo tiempo. Los paseos por el veredón de
la beira-mar. El recuerdo de gente querida que ya partió y que ahora es memoria
y presencia. La suma de los días desde el comienzo, que ahora es un solo punto
donde todo está reunido. Hay algo que la edad avanzada nos trae: ya no es necesario
hacer tanto esfuerzo, las cosas van por sí mismas.
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