sábado, 22 de janeiro de 2011

La vida es una canción Beatle

Hay días en que uno se levanta con ganas de hacer algo nuevo, de decir algo que no haya sido dicho antes. Entonces te acuerdas de aquella canción de Los Beatles, que escucharas ayer, hace ya tanto tiempo. Love, love, love; love, love, love. Nothing you can do that can´t be done. Recuerdas tanta gente querida en tu vida, tantos lugares, tantos hechos, acontecimientos, sentimientos, pensamientos. La perplejidad del vivir. La maravilla de estar escribiendo a esta hora del día que comienza. El canto de los pájaros. El olor a tierra mojada. La vida es una canción Beatle. Esto lo sabes desde hace tiempo, pero hoy lo compartes con quien está leyendo estas palabras. Llueve. Más allá de la literatura, es literal. La vida es una canción Beatle. Recuerdas ayer los rostros de Ringo, George, Paul, John. La secundaria. Las luchas en las calles. El sueño de un mundo mejor. Sigues viajando con todo el mundo en ese submarino amarillo. El acuario cósmico. Somos peces nadando en el acuario cósmico. Ya todo está. Ya todo ha sido escrito. Buen día.

quarta-feira, 5 de janeiro de 2011

Reversibilidad de valores (y lenguaje de síntesis) en Ramón P. Muñoz Soler

“Hay un movimiento de expansión de La vida, de florecimiento en la diversidad de los valores, y um movimiento de repliegue de la vida sobre si misma em busca de um valor único que la trasciende” (Ramón P. Muñoz Soler, Antropología de Síntesis, 1980, p. 215)

Esta citación, que nos remite a um tipo de escritura en que el autor y la obra se funden, tan contrariamente a lo que se acostumbra ver em aquellos escritos en que uma cosa no tiene nada que ver com la otra, tal la disociación entre lo que se escribe y lo que se es, entre el autor y su obra, me parece la mejor manera de introducir al lector, a um tipo de obra en que de a poco uno se va descubriendo parte de la misma.

En la mayor parte de los libros universitarios, dichos científicos, no te reconoces, no te ves, no estás allí. Es lo que una llamada “academia,” tiene como texto científico. No debes estar allí, o no será científico.

En los textos de Muñoz Soler, ocurre lo contrario. El autor está allí, vos también, y en ese diálogo que camina hacia una convergencia fecunda y reveladora, de pronto te vas viendo como parte de una realidad de la que siempre formaste parte, y no sabías, o mejor dicho lo habías olvidado.

Las obras de Ramón P. Muñoz Soler, desde Gérmenes de Futuro e El Hombre, hasta las más actuales, publicadas después de su muerte, tienen todas el mismo signo: son llamados a un reencuentro de la persona consigo misma, a un regreso del ser a la dimensión o dimensiones que les son propias, y es a ésto a lo que se refiere el texto del epígrafe.

Cuado fue publicado Gérmenes de futuro en el hombre, en los años 1960, la revolución estudiantil estaba en su auge. La obra de Muñoz Soler recoge ecos de las luchas sociales y de los movimientos científicos y espirituales. Su lenguaje es de síntesis, pues dice tantas cosas al mismo tiempo, que muchas veces puede parecer o de hecho ser ininteligible.

Pero el autor da las claves para su propia interpretación, en “Reversibilidad de valores”, publicado póstumamente: Puede ser leído intelectualmente, o por resonancia por similitud. Y ambas vías pueden complementarse, y de hecho, lo hacen, según la sensibilidad y puntos de vista de los lectores.

El lenguaje de síntesis de Muñoz Soler nos abre las puertas para una lectura de nosotros mismos y del mundo en que vivimos.

domingo, 2 de janeiro de 2011

Libros

A veces miras el libro sobre la mesa y no ves el libro que está sobre la mesa, ves las historias que a lo largo de tu vida, has encontrado en ya tantos libros que has leído, los que aún leerás, y los que tu imaginación construye al recordar tantas historias que has ido leyendo. Son los cuentos de Andersen y el Lo sé todo. Los mitos de Cthulhu y las Doradas Manzanas del Sol. La Ciudad perdida de Marte y las Vidas Secas. Libros que recuerdas cuando andas por la casa y tu mente va a las bibliotecas donde has conocido tantas cosas, tantos hechos. Símbolos, historias, leyendas, mitos. Yo, robot y Linhas tortas, tantos libros que forman como un infinito que se extiende en todas las direcciones y tú eres una letra de esa página contínua.

sexta-feira, 31 de dezembro de 2010

Integración

Con el pasar del tiempo, todo va teniendo un sabor de recuerdo, de evocación: miras las calles y las plantas, los edificios y la gente, las flores y las nubes en el cielo, y de tanto haber visto ya nubes en el cielo y plantas y calles y veredas y gente y tiempo, todo es ya como que una recordación y tú, sutilizado, cada vez más parte del paisaje.

terça-feira, 28 de dezembro de 2010

Resúmen

A veces quisieras escribir tu mejor escrito, como si hubiera un escrito final, uno que resumiera todos tus pasos, todo tu vivir, lo que fue cada momento, cada instante, cada segundo. Como si pudieras, en un único renglón o en una única hoja, resumir lo que fue y lo que está siendo, lo que ha sido y lo que será toda tu vida. Un escrito que dijera todo lo que fuiste y lo que eres, tus sueños y tus deseos, tus logros y tus errores, tus victorias y tus fracasos. Un escrito que alguien pudiera mirar y dijera, sí, son ellos, o fue él, o, sí, yo lo conocí, yo estuve con él en un café y conversamos, supe algunas cosas, oí alguna de sus canciones, ví unos cuadros suyos, fui su amigo, o al menos, conocí algo de ese ser que está aquí, ahora, que es estas líneas, estos trazos, este rostro, esta cara que me mira desde el fondo de un espejo.

Sueñas con ese escrito, ese texto que es una sola letra de muchas letras, que juegan entre sí, como un calidoscopio que refleja lo que sos, lo que fuiste, lo que podrías ser y no fuiste, tus viajes, tus recuerdos, tus trabajos, tus trajines, los caminos por donde anduviste, las mujeres que amaste o admiraste, las flores que viste en los jardines o en los campos, los lagos y los mares, las lluvias, las nubes en el cielo mientras el sol, mientras la luna. Tus juegos de niño, las noches oscuras, el miedo que empezó a iluminarse cuando la conociste a ella y empezaste a juntar tus pedazos, empezaste a ser uno solo otra vez, este que esta noche escribe estas cosas como un juego, como un niño que apenas trata de decir lo que siente, lo que la vida fue haciendo con él y él con la vida.

Sobre la crítica

“Siempre fue más fácil criticar”, leía, ayer, en Linhas Tortas, de Graciliano Ramos. De hecho, esto es verdad, y no me parece que haya que detenerse mucho en su contenido, para enfatizar la diferencia que existe entre una postura de crítica y otra u otras que no se detienen en lo que está mal, en lo que no nos gusta, en lo que no sirve, en lo que es malo. Esto, que puede parecer una perogrullada, no lo es. No lo es, y voy a decir por qué. La crítica esconde algún tipo de cobardía, un cierto tipo de desprecio por el otro o por los otros, por algo que no se coaduna con nuestra forma de pensar o de ver el mundo. No estamos de acuerdo y lo decimos, esto es la crítica. Yo sé que hay un enorme número de personas que irá a decir, pues lo dice todos los días, que hay que decir lo que está mal, que no hacerlo es conformismo. He oído decir esto desde que era joven, hace ya mucho tiempo. Sin embargo, ya en aquél tiempo, como también hoy, sigo creyendo que la crítica es un poco el lugar del cómodo, del que prefiere no hacer nada y creer que hace algo al decir lo que los demás no hacen o hacen mal. Si mirás los diarios o la televisión, verás un desfile de descripciones de lo que está mal en el mundo, en la ciudad, en la nación, en la vida de no sé quién. No es que esté mal en sí mismo decir lo que está mal, no me entiendas mal. Es que la mera actitud crítica, nunca hizo ni hará nada, nunca hace nada, y se cree lo más importante del mundo. Creerás rebatir este argumento diciendo que Marx, que Kant, que Paulo Freire, fueron críticos y construyeron, fundamentaron nuevas formas de ser, hacer, pensar y sentir a partir de la crítica. Yo te diré que en ellos la crítica fue necesaria pues estaban construyendo una nueva visión de mundo, y era necesario destruír lo viejo. Jesus hizo lo mismo. Pero en ninguno de estos casos, lo fundamental fue la crítica, sino el sentimiento de que había que construír algo nuevo. Esto es lo fundamental. La crítica puede haber sido, en estos casos, importante, pero como medio, nunca como fin. No es lo que se ve en el negativismo de cierto criticismo criticón muy de moda, tan estéril como cómodo, pasivo, meramente destructivo, que se complace en señalar lo que no está bien, lo que está mal, lo que hay que cambiar. ¡Pero no cambia nada!

segunda-feira, 27 de dezembro de 2010

Realidad

A veces los libros, piensa en los libros, en los libros que hay en varias partes de la casa. Pero no piensa pensando, como alguien podría estar acostumbrado a pensar. Piensa sintiendo. Siente los libros, los climas, las historias. Vagamente los autores y sus ambientes se le hacen presentes. Esta tarde, por ejemplo, se rodeó de un libro de Edgar Allan Poe, otro de Jorge Luis Borges, uno de Fernando Pessoa, otro de Graciliano Ramos y uno, por fin, de Carlos Fuentes. Leyó algunos poemas de Fernando Pessoa, lo suficiente como para recordar algunas de las cosas que Fernando Pessoa le recuerda. Leyó la "Composición escrita en un ejemplar de la gesta de Beowulf", de Jorge Luis Borges. El comienzo de "La muerte de Artemio Cruz," de Carlos Fuentes. Hojeó algunas líneas de Eleonora, de Edgar Allan Poe, en Historias Extraordinarias. Y se puso a ler el primer escrito de "Linhas tortas", de Graciliano Ramos. Se rió con Fernando Pessoa y con Graciliano Ramos. Disfrutó del alejarse de un presente demasiado presente, de un aquí y ahora demasiado aquí y ahora. De algún modo, había estado necesitando volver a tenerse sin rótulos, del modo simple como alguien puede ser simplemente la persona que es. Y se lo debe a estos y otros libros. A la convivencia con escritos y escritores. Al hecho de poder, gracias a los libros, olvidarse, pues es necesario olvidarse, de un tal aquí y ahora demasiado exigente.