quarta-feira, 3 de junho de 2009

Reflexiones desordenadas sobre Teología, Teología da Libertação, vida.

Durante mucho tiempo, pensé que la teología fuera una especie de tentativa absurda de explicar Dios, lo sagrado, lo divino. ¿Cómo explicar lo inexplicable? Pensaba yo. ¿Cómo puede la razón humana siquiera hacer la tentativa de alcanzar a través de explicaciones, lo existente en sí, la realidad misma, todo lo que es? Dios, en vez de ser explicado o interpretado, es para ser vivido, así pensaba, y sigo pensando. Es como el amor, la vida. ¿Quién preferiría explicar la vida en vez de vivirla? O ¿quién preferiria una explicación sobre el amor, en vez del amor mismo? La teología no era eso, ni eso su pretensión, hoy constato. O talvez, el diccionario me corrige, sea eso, sí, la teología, pero no es a eso que quiero referirme aquí, al estudio racional de las cosas de Dios, sino a su experiencia, a su vivencia, y para esto, varios teólogos vienen en mi auxilio.

En vez de esta confusa introducción que debe ya haber llevado algunos lectores y lectora a pensar adónde esto nos va a llevar, debería haber empezado directamente, diciendo que a pesar de haber conocido y usado en sala de clases como en la vida, lecciones de teólogos como Alan Watts, Peter Berger, Rubem Alves, y de estar hoy integrándome más en la vida y en lo divino gracias a percepciones de teólogos como Leonardo Boff y Arno Kayser, la teología seguía pareciéndome una reflexión descolgada de la realidad.

Todavía no estoy diciendo lo que quiero decir, pero sigo intentando.

Teología de la libertação é uma coisa, e teologia outra. Será por aí? Não sei, não estou achando o fio da meada. Toda teologia liberta, se penso em Vivekananda, Ramakrishna, Gandhi, Jesus. Mas seria teologia ou experiência de vida?

Penso em Ivone Gebara e seu texto sobre o cisma na Igreja. Comblin e seus insights sobe a vida atual, os valores cotidianos na sociedade permeada pelo capital, pela dominação. Liberta. Respira-se melhor. Isto é teologia, o que nos mostra e nos faz sentir, que somos parte, como Kayser diz, inextricável do universo. Uma suspeita que quando criança temos, poetas confirmam, sabemos, e é verdade. È isso aí mesmo, tudo está entrelaçado, e não há quem possa desfazer esta certeza. Bom dia.

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