sexta-feira, 23 de novembro de 2012

¿Qué hacer cuando no hay nada que hacer?

Esta pregunta, aparentemente tan simple que no requeriría mayores indagaciones, no lo es en absoluto, como veremos en seguida. A primera vista, cuando no hay nada que hacer, se abren dos alternativas: si no tengo nada que hacer, puedo ser, o estar. Ser, no da trabajo, no es una actividad. Algo o alguien es, y punto, por ahí termina la cosa. En cuanto al estar, la cosa parece ser también sencilla: si no tengo nada que hacer, estoy, y todo bien. O sea, ser y estar son dos formas de no hacer nada, con lo cual ya dimos un paso, por lo menos, para tratar de adentrarnos en lo que esta pregunta plantea. Pero la cosa no es tan sencila como parece. Ser o estar, pueden darnos trabajo, sí, como no, y esto ya los descartaría como formas de no hacer nada. Cómo es que el ser puede darnos trabajo, se preguntarán con razón ustedes, si simplemente el ser está ahí, tranquilito, como quien no quiere la cosa. Bueno, eso es lo que parece, ¿no cierto? Pero dependiendo del ser que se trate, da un trabajo bárbaro, ¿se dan cuenta? Hay seres que no consiguen quedarse quietos, no consiguen estar sin hacer nada, y de repente tienen que ponerse a hablar, a barrer el piso, a hablar por teléfono, a ver televisión, tienen que ir a comprar algo, se ponen a hacer flexiones en la sala, molestando a todo el mundo, o se ponen a qué se yo, algo tienen que hacer si no, no están en paz. Ya ven entonces que el ser no es tan así una forma de no hacer nada: puede ser una forma de hacer muchas cosas, y de sacarle la tranqulidad a los demás, ¿no es verdad? Y el estar, entonces, ni te cuento. Cómo puede ser que el estar sea una forma de no hacer nada, si la mayor parte de la gente no consegue estarse quieto, por ejemplo. Si los dejás un rato solos, ya tienen que empezar a rascarse la cabeza, a pensar en la vida de otra gente que vive cerca o convive con ellos o con ellas, o, lo que es muy común hoy, se ponen a criticar al gobierno y a la gente que hace daño, lo cual en sí no estaria mal, pero me doy cuenta que me estoy yendo por las ramas, y voy a tratar de volver. La cuestión es que si te ponés a pensar bien en la pregunta del comienzo, che pibe o piba, te vas a dar cuenta, como creo que ya todos nos hemos dado cuenta, que no es tan fácil como parece, no hacer nada.

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