Muchas son las cosas que se reciben en estos encuentros de la Terapia Comunitaria Integrativa. El Centro Cultural Missionário. La llegada. Los preparativos para el viaje. La decisión de viajar. Los viajes anteriores. De pronto se unían Entre Ríos y Brasilia, Morro Branco y Paraíba, Godoy Cruz y Reconquista. Paysandú y Montecarlo. Mendoza y João Pessoa.
Los rostros en la rueda de esta mañana. Las risas, las expresiones. Los dolores y problemas compartidos. Cómo fue tan notable que los tres problemas presentados en la rueda de TCI de hoy me incluían. La proximidad de la muerte, el envejecimiento, el cambio de ciudad. Los jardines, las flores. El árbol cuyo tronco se enroscaba.
Los benteveos. Terapeuta comunitario se es 24 horas por día. Y ahora que tratas de resumir lo vivido con estos breves pincelazos, te das cuenta de que fueron tres días. Parecía más tiempo. Cómo uno recarga las baterías en estos encuentros.
Tantos abrazos y palabras de reconocimiento. El afecto que nos une. Hacer Terapia Comunitaria Integrativa nos sana de nuestras heridas. Sientes el piso bajo tus pies, más firme. Apoyo. Confianza. Fé. Todo se multiplica en el mutirão de la salud mental comunitaria. La redes sostienen y conectan.
Realmente, Rolando!
ResponderExcluirMinha breve passagem na quinta-feira já foi um grande conforto para a alma.
No meio de tanta coisa acontecendo neste mundo, nesta correria, chegar ali naquele espaço foi como voltar pra casa. Um bálsamo!
É muito bom fazer parte deste movimento! Mesmo quando nosso momento de vida só permite aproveitar um pouquinho. Mesmo assim, o coração ainda se sente tocado!
Abraços a todos da nossa corrente!