No tengo nada que
hacer, y me pongo a escribir. Esto me trae de inmediato, una
sensación de unidad y paz. Pertenecimiento. Hace un ratito, hice un
dibujo de un crucigrama en el que se puede leer, en el centro, en
vertical, la palabra YOS. Son unas líneas celestes sobre fondo
blanco. Esto también me trajo mucha paz. Ahora escucho los ruidos de
las obras en construcción de los alrededores. Esta mañana anduve
haciendo algunas compras por el barrio. Panadería, verdulería,
farmacia. Encontré, en el veredón al borde del mar, un viejo y muy
querido amigo. Conversamos un rato sobre varios asuntos, entre ellos
las acciones de resistencia al golpe de Estado. La salud, etc. El
mar, como siempre, trayendo aquella tranquilidad tan suya. El sol, el
calor en este mes de julio. Y ahora al escribir, esa sensación de
compaginación. Es tan bueno esto. Me voy uniendo, reuniendo. Ya la
tarde debe estar bajando hacia la noche. Y el sol, la luna y las
estrellas. Toda esta vida que se distribuye sobre la tierra. Y esas
ganas de seguir escribiendo, no importa qué, para no dejar este
lugar tan querido.
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