quarta-feira, 3 de agosto de 2016

Tranquilamente

Un color es más tranquilo. Un color es un sentimiento. Hay un celeste que me acompaña desde hace tiempo. Jazmín del cielo. Abuelas y madre. Abuelos. Mujer y esposa. Estas palabras expresan lo que el sentimiento reúne en un color, el celeste. Nacimiento. Eternidad. Paz. Tranquilidad. El sentimiento es todas estas cosas Yo no necesito pensar en estas cosas, ya que el color en sí mismo es todas ellas. Hay otros colores que son otras cosas, otros sentimientos. El amarillo es amor, familia y amigos, hijos e hijas, sueños realizados y por realizar. Algo eterno que está aquí y ahora, que es tangible, aunque muy tenue. Dios. Flores. Fé. Eternidad. Los colores convergen. Celeste y amarillo forman un verde claro, como de hoja. El verde es también tranquilizante. Son los campos y la montaña. El mar. Las plantas. Todo lo que crece en la tierra. Los ríos. Cuando quiero estar en paz, trato de color, en vez de pensar. Los pensamientos suscitan controversias, interpretaciones, debates, discusiones. El color no. El color es paz. Aún aquellos colores que asociamos a la muerte o al dolor, como el negro y el rojo, también son tranquilos. Autocontenidos. Son unidades en sí mismos. Contención. Unidad. Paz. 

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