Escribiría algunas
líneas, a ver qué es lo que viene. Vienen muchos recuerdos. A
fuerza de tanto vivir, el presente tiene siempre mucho de evocación.
Personas y lugares, acontecimientos. Todo se junta y se concentra en
cada pequeña cosa. Cada acto es como un punto de un tejido que nos
conecta con todo lo que existe. En este momento, dejo que las
palabras vayan formando algo. Una figura. Una imagen. Los caballitos
de Marli. La estatua de Benjamín Matienzo. El rosedal. El lago del
parque, que es como un símbolo de lo eterno. Las baldosas de las
pérgolas con glicinas y clarines de guerra, tantas veces recorridas.
Las palmeras y los ceibos que rodean el lago. Una Mendoza, una
Argentina que fui recuperando hasta tener de nuevo, como al
principio. Como antes de las cosas que no debo mencionar. Con el
pasar del tiempo, he ido conociendo personas a las cuales le han
sucedido cosas muy dolorosas. La vida no es fácil. Y uno en esos
encuentros, en la educación permanente, en la Terapia Comunitaria
Integrativa, va rehaciendo su sensación de normalidad y
pertenecimiento. Vamos recuperando una sensación muy antigua,
infantil, de inclusión y tranquilidad.
Nenhum comentário:
Postar um comentário