quarta-feira, 9 de novembro de 2016

Lugar

Los pajaritos cantan, y el día ya viene naciendo desde dentro de la oscuridad que se va yendo. Y así como viene el día de la mano del canto de los pájaros, también vengo yo, traído por el canto y por la luz. La luz que canta. El canto de la luz. En medio de esta sensación tan buena de estar poniendo el pie de nuevo en esto que está aquí, esto que es estar aquí, en un lugar preciso y precioso, fijo y cambiante. Ponerme de nuevo en mi lugar, esta hoja que es un cruce de palabras internas y externas. Un entrelazamiento de caminos míos y de gente muy querida que me rodea. Mi familia y mis amigos/as. Las personas que voy encontrando cuando salgo a la calle o ando por la playa, como espero hacer dentro de algunos minutos. Disfrutar de esta sensación tan placentera que es la de estar vivo, formando parte de algo maravilloso e inexplicable, que me desafía a todo instante. Un mundo conflictivo en el cual proliferan actos de amor y de cuidado, sistemáticamente ignorados por una cultura hecha a lo que no anda o anda mal, lo que no funciona o no es como debería ser. En ese mundo diverso y contradictorio, voy yendo, me voy dejando venir, voy viendo que tengo un lugar y que este lugar es un lugar determinado en movimiento. En el punto de la existencia en que me encuentro, muchas veces mi estar aquí es una convergencia de infinitos pasos y actos míos y ajenos, situaciones y personas, sentimientos y acciones. Esto hace que cada instante sea pleno, y que aunque todavía no me acostumbro del todo, puedo confiar, puedo andar por ahí, puedo ser como soy y ser el que soy. ¡Buen día!

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