La tarea de ir
haciéndose un lugar en el mundo. Ocupar el lugar que uno es.
Descubrir que este lugar está bajo mis pies y en el aire que
respiro, es el mundo que me rodea y aquello que soy yo mismo. Es un
libro que sigo escribiendo y leyendo en mi diario vivir, día tras
día, en una suma de días que ya se viene recomponiendo en un tiempo
único, este ahora en el que me encuentro. Un lugar que está debajo
de mis pies, pues es como el espacio entre dos párrafos, o la hoja
que separa los capítulos de un libro. Es el lugar entre las letras,
y también son las letras que van formando palabras y párrafos de un
libro que soy y me contiene. Voy andando por ahí leyendo y
escribiendo, como todo el mundo. Esta es una tarea común, que nos
cabe a todos y a todas. Trato de que este mi andar por ahí sea
placentero, en la medida de lo posible. Valorizar cada pequeña cosa.
¡De ponto es tanto
tiempo todo el tiempo! Hay horas que da un vértigo, cuando todo lo
vivido pasa como una película rapidísima. Otras horas, es de una
lentitud extrema, es como si el tiempo jugara, como todo juega. Hay
horas en que vuelve el primer tiempo, y entonces es como si la vida
repaginada rehiciera todo su trayecto, hasta un punto que es todo y
contiene todo. Entonces las primeras sensaciones, los primeros
sentimientos. ¡Todo está
tan presente! Soy yo mismo, que volví y sigo volviendo, todo el
tiempo.
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