sábado, 4 de janeiro de 2025

Celebración

No sé qué escribiría aquí que ya no haya dicho en algún otro momento, no sé. Lo que sí sé es que no dejo de escribir, y esto no necesita de explicaciones. Es una necesidad. Un placer.

Siendo así, es disfrutarlo nomás. Como salir a caminar o dar una vuelta por ahí.

Sábado de sol en João Pessoa. La ciudad despierta. La resaca de las fiestas. Encuentros. Reencuentros.

Algún desencuentro, o más de uno. Expectativas desencontradas. No estoy para atender a expectativas de quienquiera que sea.

Las mías aún así, trato de ver si son mías de hecho o infiltradas. No llegué hasta aquí sino para disfrutar de lo conquistado. No es poco.

En una de las celebraciones pasadas, la de la ADUFPB-JP, reencontré muy densamente y alegremente, mi lugar docente. Un lugar sin igual. Una de las mayores conquistas de mi vida.

Todo un pasado recopilado. Recuperado. Una noción de mí como alguien que supo hacerse su lugar en una tierra acogedora.

Escribo y veo todo el trayecto recorrido. Todo el tiempo reunido. Es una sensación poderosa. Puedo descansar, y descanso. Sobre todo, descanso de toda y cualquier exigencia, propia o ajena.

Las propias disminuyo al máximo. El tiempo hizo mucho por mí. Cambié mi mirada a respecto de todo o casi todo. Más serenidad y paz.

Más contentamiento y placer. Más sensación de deber cumplido y consciencia tranquila. Noción clara y consciente de haber alcanzado y estar habitando mis propios sueños. Todos ellos.

Nada se iguala a este sentimiento. Dejé de mirar para atrás. Veo más bien que mi vida fue un empeño exitoso.

En todos mis campos de actuación fui cosechando reconocimiento y frutos. Es hora de cosechar, y cosecho. Agradezco y veo con más claridad todavía, la luz final que me aguarda.

Y no se asusten que no me refiero a la hermana muerte corporal, sino al Dios sol que me guía y acompaña, como lo hace con el resto de los mortales.

Nenhum comentário:

Postar um comentário