Mostrando postagens com marcador Presencia. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Presencia. Mostrar todas as postagens

sexta-feira, 22 de janeiro de 2010

Impresiones

Hay cosas que cuando las tratamos de atrapar, se nos escapan. Sensaciones, por ejemplo. Percepciones que intuimos o sabemos ser de la mayor importancia. A veces estamos frente a la televisión o andando por ahí, por la playa, por donde sea, en el comercio, en medio del tránsito, y zás, algo de importancia primordial, algo que siempre creíste saber lo sabes con certeza, sin la menor de las dudas. Y cuando tratas de decirlo en palabras o ponerlo en el cuaderno o en esta misma página, se va, ya no está. Seguro que ya te ha pasado. Hoy, por ejemplo, veía unos cantantes y una cantora en la televisión. Unos sentires muy antiguos, vinieron con certeza, pero ahora que trato de ponerlos en el papel, no están más al alcance. Sé que volverán. La vida es un camino aproximativo. Aquello que pareció irse para siempre está aquí. Vos mismo, que te creíste perdido de verdad, estás otra vez aquí. Como que alguna cosa que se había ido de una vez para siempre, está aquí, no se fue. Es eso.

Tiempo de ahora

Volvía, había vuelto, un tiempo primordial, al que vinieras acercándote muy de a poco, como que sin darte cuenta, pero sabiendo. Hoy lo sientes en tu piel, en ese aroma de flores que entra por tu ventana, en el canto de los pájaros que oyes esta mañana mientras algo dentro de ti te dice y sabes que ese tiempo volvió, que nunca se fue, que te fuiste sin haberte ido, como mamá te dijera esa mañana ya tan distante, antes que ella se fuera, en una de las tantas veces en que emprendías el camino de vuelta a casa, no sabías si te ibas o volvías. Habías vuelto. Ahora sabías, no serías más, nunca más serías un extraño para vos mismo. Te había sido dado, habías conquistado, no sabías cual sería la expresión correcta, pero sí el hecho que registras. Ese tiempo primero está aquí de nuevo, como al comienzo, como cuando niño despertabas a la mañana y todo estaba ahí, de nuevo, pero por vez primera, de un modo único, y no tenías en aquél tiempo pero tienes ahora, noción de esa novedad, de esa gracia magnífica que estar vivo aquí, ahora, en ese tiempo sin horas de la vida, mientras el gallo canta, mientras el auto pasa por al calle, mientras el viento llega a ti y le dices a quien esto lee, buen día. Sabes ser la hora primera, el justo lugar, como dijera la canción que aún resuena en tus oídos.