domingo, 11 de novembro de 2012

Pintando

En estos días pasados, y aún hoy mismo, me he dedicado a pintar pequeños cuadros. Álamos con un sol en el fondo. En uno de ellos, una casita. En otro, una acequia que baja de la montaña. En otro, pintado hoy en un pequeno bloc de papel telado, una casita, un cielo con nubes atrás y arriba, al frente unas plantas con frutos rojos, y también una acequia que baja de la montaña. Me daba cuenta de que había en mí al menos dos actitudes diversas y contrarias al pintar o al dibujar. El niño que juega, y el adulto que busca un resultado, un cuadro con certa calidad y ciertos efectos. Estas dos actitudes diferentes, juegan entre sí, se crea un espacio de incerteza, donde en parte vas haciendo lo que querés o lo que se te da la gana, y en parte la cosa va yendo un poco por sí misma. En el cuadrito de hoy, con la casita con techo de tejas rojas y flores o frutas rojas adelante, noté que había una especie de relajamiento, una especie de dejar de tratar de hacer algo tan determinado, algo tan definido por una idea o un propósito anterior, o por el hábito, o por las casas o cosas anteriormente vistas u oídas. Entonces como que jugué a ver qué aparecía, a ver cómo serían las paredes, cómo los contornos, si el techo iría sólo de rojo o con líneas negras atravesadas, dibujando las tejas. Creé un contorno en negro, como que recortando la casita, conteniéndola en un trazo cerrado sobre sí mismo. El álamo del lado derecho del cuadro, verde subiendo al cielo, amarillo en el lado derecho de su follaje. Las nubes, como que jugando, moviéndose como se mueven las nubes en el cielo que uno ve. Lo lindo en este caso fue no solo el resultado, el papel pintado con colores y formas, que quedó lindo, sino el proceso anterior a la conclusión, el haber pasado días haciendo algunos ensayos previos hasta llegar a esta resolución. Y también lo que fui sintiendo en todo este período de vuelta a los colores, de vuelta al jugar como cuando era chico y después en mi vida, a dar vida a algo que hay en vos que está dentro tuyo o que te remite a experiencias que viviste, y que de repente puede venir a aterrizar en papeles o telas, en diversas versiones hasta que llegás a una en que parece que conseguiste lo que querías. Tambien fue lindo haber recuperado una despreocupación y una alegría infantiles, un estar contento y feliz sólo por saber que los colores y los papeles están allí, los pinceles y los tubos de pintura al óleo o acrílico te están como que esperando.

2 comentários:

  1. Rolando
    Me encanta tu talento, tantas cosas lindas!
    No sola los textos belisimos , hay lindos cuadros con fuertes colores en flores y frutos, paisajes . Tuso muy lindo Abz. magdala

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  2. Pai, muito bom voltar a ver seus cuadros...

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