sábado, 21 de junho de 2014

Pertenecimiento

A veces uno no tiene nada en particular para escribir. Pero al hacerlo, las cosas van ocupando su lugar. Uno va ocupando su lugar. De a poco, de tanto escribir, uno ha ido construyendo su propio mundo. Ya no es un mundo ajeno o distante, sino un mundo propio, hecho por uno mismo. Es mucho mejor vivir en el propio mundo. En él hay gente querida, los sueños que hemos ido construyendo a lo largo del tiempo. Las raíces de nuestra familia, los lugares que hemos conocido, los libros que leímos, las amigas y amigos sin los cuales nuestra vida carecería de algo muy precioso. Los recuerdos más antiguos de nuestra infancia, las primeras aventuras de adolescentes. Las redes de las cuales formamos parte, que han llenado nuestro interior de rostros amigos, que se expande, se contrae y se expande, como el universo.

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