domingo, 20 de junho de 2010

Naciendo

Esa tarde, se sintió súbitamente inspirado. Se puso a escribir, aún sin saber lo que iría a poner en la hoja. Lo hacía por el mero placer de ver lo que iba viniendo. Esto le ocurría muchas veces. Esta mañana, por ejemplo, era el nacer del sol, mejor dicho, el comienzo del día. La descripción del proceso de surgimiento de la luz en la noche, la transformación de la noche, progresivamente, en día. Una obra de arte. Pura observación nomás. El azul ultramar que a las 4:20 se empieza a hacer translúcido. Los primeros pájaros que escuchas. La luz creciente que a las cinco ya es casi totalmente claro. El sol que va apareciendo por entre las nubes grises sobre el mar. El rayo que te hiere, luminoso y amarillo, por entre las nubes grises. La gente caminando por la playa, el mar arrullando, la luz haciéndose más plena. Lo que sientes a esa hora en que el día comienza. Ahora es de tarde, y se escuchan los autos pasando con el sonido alto. El viento que va hacia el mar o de él viene. Las campanillas tocando. En algún lugar de la ciudad, ella. Como hoy de mañana, cuando volvía de caminar, y sabía que ella dormía y yo volvía a casa.

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