¿Qué
hacer una noche como esta? Si ya ni el golpe ni las olimpíadas. Y ya
tampoco alguna otra cosa que me llame la atención. Entonces los
libros de Machado de Assis, que me estaban esperando todo el tiempo,
amigos. Volver a esas páginas, del modo como más me gusta: saltando
de un libro al otro, de un cuento al otro. Y en el medio, un
excelente diccionario de literatura brasileña donde encuentro buenos
comentarios sobre el autor. Entonces verme en ese mundo tan delgado,
donde cabe lo mínimo, lo apenas perceptible. Admirar la atención
del autor, que capta y transmite los mínimos detalles de las
emociones y de las personas. Un mundo mas real que el del lado de
acá, tantas veces tan lejano, sin embargo aparentemente tan aquí.
Ya también otros libros, a los cuales estos me llevan, como en una
escalera infinita, un ricochetear de espejos que va reuniendo todas
las lecturas leídas y escuchadas, desde el comienzo de mi vida.
Dejarme llevar por esas páginas antiguas perennes, donde respiro
mejor. Me recupero, tomo aliento.
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