domingo, 14 de agosto de 2016

Recomenzando

Un golpe es siempre desagradable. Un asalto, una violencia. Abuso, arbitrariedad. 

Pero la vida tiene esas cosas. Si uno mira el panorama de su vida, no han faltado injusticias ni arbitrariedades. Sin embargo, esto nos ha hecho crecer, como personas y como familias. Uno se reorganiza, se fortalece. Encontramos fuerza en la flaqueza. Nos volcamos con más énfasis en el mundo a nuestro alcance, aquello que depende solamente de nuestro propio esfuerzo y de la solidaridad con las personas afines. Miramos menos al Estado y a las organizaciones, y más a las caras y corazones. Sumar. Arremangarse y hacer lo que está a nuestro alcance. El mundo es también lo que está aquí abajo, en la base de la sociedad. 

En realidad, todo lo que se construye está apoyado en lo que está en la tierra.  

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