La sola palabra evoca reunión.
Familia. Amigos y amigas. Torta. Velitas. Recuerdos. Infancia. No
creo tener la edad que tengo. Exteriormente sé que sí, son tantos
octubres. Pero dentro de mí no hay tiempo ni edad. Sólo
agradecimiento, por haber llegado hasta aquí. Agradecimiento por
estar vivo en medio de esta gran familia, este tejido humano que
sueña y construye. Algo parace haber quedado para atrás, y lo nuevo
aquí ahora, en este momento. Hasta el pasado se ha renovado. Todos
mis pasos me han traído hasta este lugar desde donde miro el camino
recorrido y me siento embargado por esta sensación de sorpresa y
gratitud
sexta-feira, 31 de outubro de 2014
segunda-feira, 27 de outubro de 2014
Escribiendo
Hay veces que necesito tener un lugar. Necesito sentir que
tengo un lugar, que puedo ser. De pronto las reglas, las normas, pueden haber
ido cerrando el espacio a mi alrededor, y en un dado momento, es como si todo parara.
Suena una señal de alarma. Algo me dice que no, que no es necesaria tanta obediencia,
tanta sumisión. Puede ser una vieja tristeza, una tristeza antigua. No hay nada
de malo con la tristeza. La tristeza no es una enfermedad. Ella viene como que a
recordarme que hay algo más que lo efímero. Hay algo más que las cosas que la
televisión y los diarios me convencen que son importantes.
Hay esas cosas como un
paisaje del sertão o de la montaña. Una sensación de fondo de mar o de río. Un recuerdo
de tiempos pasados que se hacen presentes. Un presente que, como una acuarela,
se diluye en el pasado, un tiempo sin tiempo. Entonces todo ese tiempo unificado,
toda esa sensación de eternidad que a veces me asalta, es como si me llevara a un
espacio infinito, hecho de recortes de todos los días vividos hasta ahora.
Y ya
no son sólo mis días vividos, sino los días vividos también por gente muy
querida que ya no se encuentra en este plano de existencia. Son los libros
leídos, mis escritos en los que me fui trayendo de vuelta y sigo trayéndome de
vuelta, como un mar incesante. Es la vida que laboriosamente fui recreando de
las tinieblas del ayer, hasta la luz, a veces tenue luz, del hoy. Un hoy que se
estira hacia adelante y hacia todas las direcciones.
Un tiempo infinito. Entonces
escribiría. Escribiría sin cesar hasta el último suspiro. Seguiría escribiendo
aún más allá de ese instante final, como si hubiera aún outro lado de la hoja,
de esta hoja que he venido leyendo y escribiendo a lo largo de toda mi vida, de
cada uno de mis dias, de todos los instantes que me fue dado vivir.
domingo, 26 de outubro de 2014
Uniendo
¿Qué haría una tarde como ésta, cuando el recuerdo del
pájaro en el tejado al amanecer me visita? Y mis pasos por la casa son una réplica
de la busca en que me busco.
Las primaveras florecidas esta mañana al deambular
en busca del restaurante. Recuerdos de mamá en su día. Y tu padre y su alegría.
Esa fiesta contínua de quien cree.
La fe hace el mundo que el amor mueve. Así
la tarde va hacia la noche, día tras día. Y una antigua canción de Los Beatles te
devuelve tu juventud mientras ella duerme.
La conversación del amigo que trae
viajes y regiones distantes. Mi patria es aquí. Es donde estoy. Es lo que soy.
Este pedazo de universo que escribe.
sábado, 25 de outubro de 2014
Reuniendo
Llegaba de la calle y venía al cuaderno. Como tantas veces,
para tratar de fijar aquí algo vivido. Algo aprendido. Alguna cosa que me
hubiera llamado la atención. Como ser el encuentro con un viejo amigo esta
mañana. Veía su rostro. Tantos caminos. Tanta fé. Tantas ganas de vivir. Un empeño
en no doblarse. Recta conducta.
Las flores en los cuadros y en el jardín. Y
ahora en casa, juntando el día. Aquellos pedazos que quedaron grabados. El mar
a la noche. La gente en el veredón. El clima de campaña electoral. Viejos
sueños de igualdad. Inclusión social. Sin hambre. Sin violencia. Sin
dominación.
Y el amor aquí, ahora. En este instante que es la eternidad presente.
El milagro de estar vivo. Insistiendo en estar aquí entero, disfrutando del don
de la vida. Agradeciendo. Dios.
quarta-feira, 22 de outubro de 2014
Raíces
Tenía ganas de escribir algo, compartilo con alguien. Así
que me dije: talvez lo mejor sea dejar que las letras vayan viniendo. Cuando
esto ocurre, vengo yo también. Voy recuperando una noción de pertenecimiento, una
sensación de continuidad.
Tanto el leer como el escribir me reponen a una sensación
de integración, un sentimiento de estar donde debo estar, de ser lo que soy en realidad.
Hay muchas cosas curiosas que podría decir sobre este oficio de escribir.
Cosas
que a uno le sorprenden porque las vamos aprendiendo mientras se presentan, no
las sabíamos de antemano. Una de ellas, es la extraña simetría entre lo que se dice,
lo que se pone en el papel, y lo que se calla, lo que está presente por ausencia. Otra, que está estrechamente conectada con esto, es: como al escribir uno se va
enraizando en la vida.
Dicen que muchos árboles tienen más bajo tierra que sobre la superficie. Así
es también con nosotros, seres de palabras, y con las palabras, que nos
constituyen.
terça-feira, 21 de outubro de 2014
Poesía y literatura en la recuperación de la persona humana
De la separación a la unidad
De lo opuesto a lo integrado
De lo efímero a lo eterno
De lo externo a lo interno
De lo fugaz a lo permanente
De lo ajeno a lo propio
De lo genérico a lo personal
De lo privado a lo comunitario
Estas son algunas de las cosas que la literatura y la poesia
han venido haciendo por mí, y siguen haciendo. Me han llevado, y me siguen
llevando, de lo primero a lo segundo. Y es un
fluir incesante. Poesía y literatura en la recuperación de la persona
humana. Obviamente, nada de esto habría sido posible, o estaria siendo posible,
en soledad. Como todo lo que es humano, este venir a mí, este seguir volviendo
a ser el ser que soy, es uma suma de esfuerzos de personas muy queridas de mi
família, y de amigos y amigas que me han venido dando reflejos de lo que esto
de escribir y leer, son, vienen siendo, seguirán siendo.
sábado, 18 de outubro de 2014
Diálogo, democracia, eleições
Tinha tentado de desvincular, até por motivos de saúde,
desta reta final das eleições presidências no Brasil. Mas não tem jeito. As
lembranças vêm, o passado se faz presente, e quando o passado se faz presente,
algo em mim se movimenta. Volta a se movimentar na direção dos mais, dos
excluídos em todos os sentidos, que começaram a ganhar ares de cidadania
durante os governos do PT.
O dinheiro pode muito, mas não pode tudo. A “grande imprensa”
tem investido pesadamente para desqualificar o PT e esconder os êxitos que este
partido tem tido no que se refere à inclusão social, o item que mais incomoda ao
capitalismo selvagem que essa “grande imprensa” representa e cuja voz assume.
O jogo democrático envolve a possibilidade de a gente perder.
Se a gente perder, teremos que amargar novamente os desmandos dessa direita que
não se assume como tal: o PSDB, o partido que hoje é o partido do dinheiro e do
poder. Eles tentarão destruir o que muito penosamente tem sido construído nestes
últimos governos do PT, em termos de inclusão social, melhora nas condições de
vida da classe trabalhadora, diminuição da desigualdade social.
Sinto-me muito a vontade para dizer estas coisas, pois não
sou petista, e nem sou demasiado apegado a questões partidárias nem eleitorais.
Mas a minha história de vida tem me dado uns cutucões ultimamente, e tenho
decidido mais uma vez, partilhar meus sentimentos e pensamentos por esta via,
pela via dos escritos.
É importante votar, sim. É importante se permitir dizer pela
via do voto, o que cada um de nós pensa sobre os rumos que o Brasil deve tomar.
Eu sei que a democracia representativa está cheia de defeitos, não há quem não
saiba. Mas a “não democracia” é muito pior. Ter que engolir a seco o que alguém
que chegou lá em cima sem ser pela via das eleições, é muito pior, infinitamente
pior.
Estas linhas vem buscar um diálogo, uma conversa, como
costumo fazer com aquelas pessoas que leem o que escrevo. Assim se faz
democracia, dialogando.
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