segunda-feira, 11 de janeiro de 2010

El arte de no hacer nada

No hacer nada es un arte, por si no lo sabés. Hay que hacerlo bien, para no perjudicarse ni perjudicar a nadie. Aprender a hacer cosas inútiles, a perder el tiempo, a no ganar nada con lo que se hace o con lo que no se hace. Talvez un día lo aprendas, como yo lo estoy teniendo que aprender. No es fácil, pues por todas partes te advierten que si no haces nada, ya sabés lo que te va a pasar. Me ví obligado a empezar a aprender este arte, cuando me jubilé, en 2001, de mi trabajo como profesor universitario. Empecé a escribir, o mejor dicho, volví a escribir. Pero no como antes, que era para un diario o una revista, para demostrar esto o aquello o para convencer alguien de alguna cosa. Empecé a escribir porque me gusta, para tenerme de vuelta. Porque quería vivir. Me estoy acostumbrando a disfrutar de la vida sin beneficios, la vida por la vida, eso que te dicen que no es nada. Tenés que comprar, tenés que ir a no sé dónde, tenés que gastar, tenés que invertir. Tantas cosas. Nada de eso. No hacer nada te muestra a vos mismo, te lleva a lo que es bueno para vos y para la gente que querés. Te saca del comercio, de la mercantilización, del comprar y del vender. Esto mismo que escribo, no tiene precio, nadie pagaría por su publicación, ni para leerlo. No es fácil, porque tendrás que vencer el condicionamiento. Todo tiene que dar lucro, algún beneficio. Si no ganás, no vale. No es así. Al menos, estoy viendo que hay cosas muy lindas que no tienen utilidad alguna. Pero esto, como todo, es muy de cada uno. No hay recetas, nadie te puede decir cómo podés aprender al arte de no hacer nada. Nadie sino vos mismo o vos misma, lo puede descubrir. Está amaneciendo y oigo el canto de un pajarito. Ya pasó un auto por al calle. El cielo empieza a clarear. Chau, buen día.

Nenhum comentário:

Postar um comentário