Esta mañana me pasó
que, como muchas otras veces, estaba metido en un debate conmigo
mismo, acerca de qué es lo que debería hacer. Pensaba las varias
cosas que podría tener que hacer. Obligaciones. Esto me angustiaba.
Entonces cambié la mirada. Ví hacia adentro, un adentro que incluye
el afuera. Me calmé de inmediato. Ví la continuidad de todo.
Adentro mío: amarillo y rojo. Esto me aquietó totalmente. No
importa lo que vaya a hacer. No importa si lo hago o no. Importa que
estoy en calma. Escuché el canto de los pajaritos, y esto me alegró.
No necesito interpretar ni explicar el canto de los pájaros, ni por
qué me alegra. Me alegra. Pensé que podría ir al parque o al
gimnasio. O que me ocuparía de la obra social. No hice nada de eso.
Escribo, que no lo había planeado.
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