quinta-feira, 8 de março de 2012

Placer de vivir


Algunos días cuestan para empezar. Uno sabe que el día tiene su comienzo. Es una tirita como la de esos paquetes de galletas, que agarrás, y tirás y se abre. Pues el día de hoy empezó así. Era una gran pared blanca, y en el medio de ella, la tirita del comienzo del día. Tiro y empieza el día. Era el placer, hacer cosas que me den placer. Muchas cosas me dan placer. Saber que estoy vivo, sentirme respirando, escuchar el canto de los pajaritos, ver la claridad del día entrando por la ventana, el cielo, las nubes. Muchas cosas me dan placer. Algunas me molestan, pero no mucho. Desaparecen en el medio del placer de estar vivo. Tengo amigas y amigos muy queridos y queridas, respectivamente, o simultáneamente, o yo no sé cómo, pero personas que me hace bien pensar en ellas y saber que existen, no importa dónde estén.

Y más placer: la sintonía Beatle, la canción Beatle que se engancha en el momento, y todo empieza a brillar cuando algo me empieza a incomodar. Good day, sunshine, escuché dentro de mí cuando me vestía para salir a hacer las cosas. Good day sunshine. Qué lindo empezar el día con una canción tan alegre. Y las flores en el jardín, y el pasto, y la gente yendo a hacer sus cosas. Y el día va yendo, con servicios que son placenteros, pues hace bien hacer cosas que le hacen bien a los demás y a uno también. Algunas cosas ocurren a lo largo del día, vas a algún lugar con una persona muy querida. La vida vuelve sobre sí misma. Ahora es de noche, y has visto las estrellas en el cielo, cosa que a uno le hace bien.

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