terça-feira, 13 de março de 2012

Ventajas del no hacer nada


Un poco preocupado al comienzo, pensando que te quedarías aislado sin un grupo de referencia, comenzaste a ver las ventajas de la soledad. La soledad es como que una especie de anticipo de la unión con Dios. Esto no se me había ocurrido antes de ponerlo aquí, pero vino, y lo dejo. Lo que tenía ganas de decir, además de lo dicho, es que a mí me parece que viene bien no hacer nada, por varios motivos. Uno de ellos, no sé si el principal, pero es el primero que se me ocurre, es que al no hacer nada, se expanden las fronteras de la mente. El hacer cosas determinadas y programadas nos confina a lo definido. Por ejemplo, si estás poniéndole agua a las plantas, o sea regar, que es como normalmente se acostumbra denominar dicha acción, le prestás atención al agua y a donde cae, o al menos deberías hacerlo, para no regar el piso, la alfombra o los sillones. Ya si no tenés nada que hacer, como me pasó esta tarde, no sé si antes o después de la segunda siesta, me puse a pensar en algunos libros de Graciliano Ramos, a saber: Caetês, Insônia, Infância, São Bernardo, Vidas Secas y Angústia. Mientras me acordaba de estos libros, me iba viniendo la sensación que ellos me traen. No todos ellos, pero los tres primeros. Los otros como que se acercan a ese clima o sensación, pero lo rondan, digamos. Lo que Caetês, Insônia e Infância me traen como sensación (fíjense las ventajas del no hacer nada) es una especie de crepúsculo de color marrón arcilla o anaranjado, que se extiende por sobre todo el campo visual, cubriendo el cielo hasta el horizonte. Éste es de un color negro noche. No se me había ocurrido antes que pudiera haber un color negro noche. Pero es así, un cielo de color marrón arcilloso, y una tierra de color negro noche, como es el que se ve al lado del camino cuando uno viene de Cajazeiras. Esta es la sensación primordial que me dan estos tres libros de Graciliano Ramos. Si yo tuviera ocupaciones, tiempo marcado con reloj, horario de reunión, informes que presentar a algún jefe u organismo, no podría haber tenido estas sensaciones. Completa el panorama, el canto de unos pájaros, que es lo que viene de San Bernardo y Vidas Secas. De Angústia probablemente venga el cielo tan especial que algunas noches se ve.

Nenhum comentário:

Postar um comentário