A veces uno no tiene tiempo, o no tiene
mucho tiempo, como es mi caso. Uno tiene poco tiempo. Entonces, el
tiempo se multiplica. Uno puede ir encontrando modos de huir de las
rutinas. Escapar de la reaccion impensada (aun en este teclado que no
pone los acentos), o perdonarse por las reacciones impensadas, que
muchas veces resultan del poco tiempo que nos damos a nosotros
mismos. Educados en la cultura del deber. El debo, debo, debo.
Debo,
si debo, amarme a mi mismo y cuidarme. Darme el tiempo necesario.
Permitirme un tiempo para mi. Pueden ser tiempos chiquitos. El tiempo
de mirar a una hormiga o a una chica en la calle. O apenas el tiempo
de sentir que respiro, que estoy aquí, en una terminal de omnibus o
en el transito afiebrado de estos dias. O en esta hoja benevola que
acoge mis palabras esta mañana, cuando nado en busca de una orilla,
en busca de un lugar donde pueda descansar y sentirme yo. Ser yo,
solamente. Nada mas ni nada menos que eso.
Nenhum comentário:
Postar um comentário