domingo, 23 de setembro de 2012

Presente

Estoy vivo, pensó, y eso es lo que importa. Si estoy sano o enfermo, contento o triste, preocupado, con culpas, ansioso o como sea, es secundario. Todo lo que viví hasta ahora dio como resultado este ser que soy yo, que está aquí, ahora, escribiendo estas cosas. Al borde, por así decir, de una especie de pared de cristal transparente que es lo que separa la vida de la muerte, si es que están separadas, si es que no hay una continuidad entre lo que fue, ese pasado con errores y desvíos, dolores y triunfos, sueños míos y de mis ancestrales, sueños colectivos y personales, que dieron como resultado este presente, este instante al borde de la eternidad. Miro los días pasados, tantos días, tantos lugares, tantas noches y caminos, ríos, montañas, ciudades, miedos, luchas, esperanzas, expectativas, amores, y este instante de ahora, este preciso momento en que pongo estas letras, es el resultado de todo eso, y apunta a otra continuidad no menos asombrosa que se extiende hacia adelante, hacia todas las direcciones. Estoy vivo, lo demás es secundario, esto es lo posible, esto es todas las posibilidades. La de renacer, la de transparentarme con la pared de cristal y simplemente pasar a la hoja del libro de la vida y allí quedar como tantos y tantas ya quedaron, y otros tantos y tantas quedarán, mientras haya vida, mientras haya esta continuidad articulada y admirable que es la existencia.

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