terça-feira, 25 de setembro de 2012

Volviendo a Lagoa Seca

Estas venidas a Lagoa Seca acaban siendo momentos muy interesantes. Esta es la tercera vez, y en esta reiteración de las venidas, es como si las memorias acumuladas, lo vivido cada vez que uno vino, se fueran acumulando, es como si se fuera formando una realidad más sólida, más consistente. Van cambiando algunas personas, otras son las mismas. Acontecimientos de antes y de ahora se van fundiendo en una como que continuidad consistente, muy extraña y muy linda. Los malvones que vi la otra vez por la ventana del cuarto, ahora los fui a ver por el lado de afuera, y miré hacia adentro de uno de ellos, como hacía cuando era chiquito, en la casa de la calle Leonidas Aguirre 313, Mendoza. Ahora a la tarde salí a pasear por el jardín del frente con Arthurzinho, el hijo de Djair. Salimos de la mano, pero en seguida me largó y se fue corriendo, pidiéndome que lo siguiera. Quería bajar y subir por una rampa de acceso que hay en el frente del Colegio Marista. En el patio central del colegio hay un jardín con una virgencita que ampara a un niño con la mano. Alrededor de ella, florcitas muy pequeñas, formando un cuadro de verdad atrayente. A los lados, arcadas por lós corredores que dan al jardín central. En una esquina de este jardín, una parra. Yo no vengo a estas actividades de Cuidando del Cuidador con alguna tarea fija. Solamente acompaño. Estoy con la gente en algunos momentos, en otros escribo. Son siempre momentos de mucho recogimiento interior, de un aquietamiento muy grande. Hay una paz notable en el lugar. Parece fuera del mundo. Esta tarde di una vuelta por el jadrín del frente, donde hay palmeras muy altas y ortros árboles frondosos, que dan mucha sombra. Caminitos cortando los prados de césped. Algunos trabajadores a lo lejos, en alguna tarea. Crisantemos, otras flores rosadas y amarillas, en pergolados. Un paraíso. En lugares así, simplemente estar aqui, es orar, es estar en Dios, en comunión con Dios. Ahora se escuchan voces en el cuarto de al lado, donde está Arthurzinho. Hay una capilla bastante grande, un auditorio donde se está desarrollando el curso, y un refectorio bastante grande también. La figura de la virgen con el niño rodeada de flores, evoca algo muy tierno.

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