segunda-feira, 30 de novembro de 2015

Decidiendo

A veces no sé qué hacer. No sé si me pongo a pintar unas zinnias que me andan rondando, o si salgo a caminar por el parque o por el barrio. O si aún, me pongo a leer un libro de Nathaniel Branden sobre “Autoestima,” o si entonces me pongo a hacer alguna de esas tareítas domésticas que uno siempre va dejando para otro momento, como arreglar el mantel, que está cortado. A veces en situaciones como ésta, me pongo a orar. De esta forma, trato de alinearme con lo divino. Pienso en las personas queridas, o en la humanidad como un todo, y le pido a Dios que nos envuelva a todos con su inmenso amor. Entonces, es como si le escapara el bulto a la indecisión. Pienso que a pesar de todo, no es tan malo estar indeciso o ser indeciso. Es como estar frente a muchas posibilidades lindas de cosas que te gustaría hacer. Todas son buenas y necesarias. Pero ponerlas en orden, elegir, me cuesta.  

Nenhum comentário:

Postar um comentário