Vengo construyendo un libro. Esto no tiene plazo ni prisa.
Es algo que hago con la sensación de que es una actividad que es placentera en sí
misma y por sí misma. No busca un resultado. Es decir, la construcción del
libro se completa en sí misma, su objetivo no es un libro que eventualmente
pueda resultar de todo esto, sino la actividad en sí. La construcción tiene por
objetivo la propia construcción, y no el libro. El libro en realidad está en perpetuo
proceso de construcción y destrucción, ya que los nuevos textos van conformando
un mundo en el cual yo me voy incluyendo cada vez más. El libro me contiene. Estoy
contenido en el libro. Soy ese libro en construcción, que no tiene plazo ni
prisa.
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