sábado, 19 de dezembro de 2015

Cromáticamente

Uno puede vivir cromáticamente. Vivir en colores. Vivir color. Ser color. Esto es muy lindo. Y también es sencillo. Muchas veces cuando pinto, cuando voy a pintar, cuando estoy por pintar, y los colores y el caballete y los pinceles y los lápices todo alrededor, hay una paz profunda. Tiempo detenido. Mucha paz. Una plenitud autocontenida. Armonía. Se parece a ciertos poemas o libros. Uno se incluye en lo eterno, por estos actos. En varias oportunidades, estos días atrás, y también antes, y ahora, el amarillo, en especial. El rojo. El violeta, lila, magenta, fucsia. Uno no piensa, o no piensa tanto. Algunos recuerdos dolorosos vuelven. No lo puedo evitar. Están en algún lugar de la memoria, y vuelven. Pero entonces las retamas. Y las rosas. Las acacias. Todo me contiene. Y esos mismos dolores, se revelan como lo que son, una especie de precondición para la alegría y la felicidad, la paz que ahora puedo vivir y vivo. Todo está unido. Nada está separado o disociado.  

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