sexta-feira, 11 de dezembro de 2015

Verde tarde noche

Esta tarde el verde fue, en varios momentos, una compañía. Un descanso. Verde que era ya claro, ya más oscuro. Calma. Tranquilidad. Menos exigencia, o casi ninguna exigencia. Me daba cuenta de que las culpas también era como si casi ya no estuvieran. Ocupan mucho lugar, tanto las culpas como las exigencias. Y al final, ¿de qué soy culpable? ¿De ser como soy? ¿De tener los deseos que tengo, y que muchas veces condeno como si no supiera de dónde vienen, qué fue lo que los originó? Las heridas, las llagas. De allí brotan flores, pero tengo que comprender que esto es también una vulnerabilidad y un riesgo. Puedo ser más amoroso conmigo mismo. Compasivo. Comprensivo. No busco la perfección, y sin embargo muchas veces me condeno por no ser perfecto. Esto va disminuyendo. Va mejorando la relación mía conmigo mismo. El verde estuvo hoy en muchos momentos, como una compañía amiga. También tuve muchas veces presente a mi madre. Su presencia me acompañó en varias oportunidades. Y así la tarde se fue haciendo noche, y la noche cubre el mundo ahora, con sus luces.  

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