Otra Mendoza, otra Argentina, otro yo. Otro y el mismo. Ni
tan cambiado, a pesar de los años. Han pasado tantas cosas. Tantos episodios,
tantos encuentros. Desencuentros. Recomienzos. Tantas vueltas y todavía estoy aquí.
Como en una calesita adonde mi padre me llevaba cuando éramos chicos. Daba
vueltas y vueltas y uno trataba de agarrar la sortija. Creo que la agarré algunas
veces, otras se me escapó. No se puede ganar siempre. Y hasta las derrotas
muchas veces nos enseñan cosas, de modo que salimos vencedores también.
Nenhum comentário:
Postar um comentário